Después del escándalo desatado en Estados Unidos por el pago de multimillonarias bonificaciones en American Investment Group, la entidad que mayor cantidad de fondos recibió del gobierno, algunos de sus ejecutivos accedieron a devolver las primas. Según el fiscal general del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, quince de los veinte receptores de primas más significativos retornarán cerca de 30 millones de dólares. Los bonus que otorgó este año la aseguradora, controlada en un 80 por ciento por el Estado, al departamento señalado como responsable de la debacle de la empresa, alcanza los 230 millones de dólares. El banco y aseguradora holandesa ING busca evitar la misma reacción pública y les solicitó a sus ejecutivos que renuncien a sus premios.

Algunas compañías rivales de AIG se quejaron frente al titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ya que las inyecciones en esa firma “están inclinando el mercado de manera injusta a su favor”. A partir de los rescates que recibió, sostienen las competidoras, AIG recortó los precios de sus seguros, en algunos casos más de un 30 por ciento, apropiándose de un mayor segmento del mercado.

Los 173.000 millones que otorgó el gobierno de Estados Unidos a la aseguradora para evitar su colapso sirvieron para hacer millonarios a 73 de sus empleados a través de los bonus. Ahora quince de ellos, los que más dinero recibieron, renunciarán a sus abultados privilegios. Ante el enojo público, algunos legisladores estadounidenses propusieron un proyecto de ley para gravar con una tasa del 90 por ciento estos bonos.

Si bien no trascendieron los nombres de los millonarios arrepentidos pertenecientes a la división de servicios financieros, Cuomo apuntó que la devolución del dinero la harán algunos de los ejecutivos y operadores que más dinero recibieron. El bonus más alto llegó a los 6,4 millones de dólares, seis especialistas financieros recibieron más de 4 millones, quince más se llevaron por encima de los 2 millones y los restantes 51 “sólo” embolsaron entre 1 y 2 millones.

Mientras tanto, en Holanda, el presidente del grupo bancario y de seguros ING les solicitó a sus ejecutivos que renuncien a los bonus del año pasado. Muchos de los 1200 directores aceptaron devolverlos. El titular de la empresa que recibió ayuda estatal busca evitar un escándalo por el pago de bonificaciones. Semanas atrás, trascendió que distribuiría cerca de 300 millones de euros en premios.