Roque Fernández, último ministro de Economía de Carlos Menem, consideró ayer que al titular del Banco Central, Aldo Pignanelli, “probablemente le gustaría que le acepten la renuncia”, pero, en caso contrario, “tendrá una postura dura y va a plantear condiciones para seguir” en su cargo. “Creo que hoy Pignanelli –abundó– se podrá estar planteando: ¿Qué necesidad tengo de ser presidente del Banco Central al momento en que la Argentina declara el default con los organismos multilaterales?” Fernández es uno de los principales economistas del CEMA, una institución que mantiene una fuerte presencia en niveles decisorios del BCRA y con la cual el renunciante titular del organismo monetario ha desarrollado vínculos muy estrechos. Otra figura prominente del CEMA es Pedro Pou, quien debió abandonar la presidencia del Central a mediados de 2001 y ahora está reclamando ante la Justicia su reposición en el cargo. Hay quienes consideran que Pou no ha dejado de manejar los hilos del instituto emisor y que Pignanelli ha sido simplemente un ejecutor de sus directivas.