Los emergentes no sólo frenaron a Obama sino que se dieron el gusto de hacer un lujito sobre el documento final, con la marca registrada de Guido Mantega, el ministro de Economía brasileño: “Las economías avanzadas, incluyendo aquellas con moneda de reserva, estarán alertas frente a un exceso de volatilidad y movimientos desordenados en los tipos de cambio. (...) Sin embargo, en circunstancias en las cuales países enfrentan una carga de ajuste indebida, las respuestas de política en las economías emergentes con adecuadas reservas y crecientemente sobrevaluados tipos de cambio flexibles pueden, también, incluir medidas macroprudenciales cuidadosamente diseñadas”. Esa frase legitima el control de capitales que ejercen Brasil y Argentina para ponerles freno a los fondos especulativos. Al ser incluida en el documento, obviamente, también fue avalada por Estados Unidos.