José Ignacio De Mendiguren es secretario de la Unión Industrial y empresario del sector textil. Sus opiniones tienen fuerte incidencia dentro de la central fabril.

–¿Por qué es necesario un pacto económico y social?

–Argentina tiene una enorme oportunidad. El mundo está generando mil millones de nuevos habitantes de clase media en Asia-Pacífico. Argentina y la región tienen por delante un ciclo favorable importantísimo. ¿Qué vamos a hacer ante esta oportunidad? ¿Nos contentamos con la soja? Así no nos vamos a desarrollar, podemos crecer con estabilidad, pero aumentará la desigualdad. Queremos que nuestro activo no sólo sean los recursos naturales, queremos tener un plan para insertarnos en esa oportunidad que nos permita dar el salto al desarrollo.

–¿Qué expectativas tiene la Unión Industrial?

–Se puede hacer algo bueno, algo malo y también sólo una foto. Pero consideramos que debe tratarse de un diálogo estratégico, no sólo de corto plazo. Ponernos metas de crecimiento, de redistribución, de inversión. Esa es la discusión que nos tienta. Tenemos que compatibilizar la redistribución y la inversión. Nuestra nueva visión tiene que estar en la compatibilización entre estas dos cuestiones.

–Sin acuerdo económico y social la inversión está alcanzando records históricos.

–Es cierto, pero no es suficiente. No queremos ni la teoría del derrame ni ahuyentar la inversión. Uno de los objetivos debe ser dar previsibilidad. Queremos hablar de cosas concretas, no de candidatos testimoniales o de si se corta boleta o no. Este es un gobierno que está plantado en la defensa del interés nacional. Nos tienta utilizar este proceso de acumulación para financiar el desarrollo, el cambio de la matriz productiva. Ahí nos identifican los intereses con los trabajadores. Tenemos que dejar de mirarnos la nuca.

–¿Los empresarios buscan instalar un techo para los salarios en el acuerdo?

–La agenda todavía no está conformada. Ese tema hay que discutirlo por sectores, generalizar en materia salarial es complicado. Se puede fijar un marco para la puja distributiva, pero las paritarias por sector tienen que seguir funcionando de acuerdo con las particularidades de cada actividad. La inflación es un tema en donde todos tenemos que aportar. Con racionalidad podemos ayudar a que esa parte de las expectativas inflacionarias se desaliente. Es cierto que hay sectores concentrados pero hasta ahora el Gobierno no hizo mucho por eso. Además, tenemos que tratar temas como la informalidad o la ley de riesgos de trabajo.

–¿Cuándo será lanzada oficialmente la iniciativa?

–Todavía no fuimos convocados. No sabemos los contenidos, su profundidad, ni los participantes. Tenemos la mejor predisposición para cuando llegue el llamado. Tenemos ideas y predisposición. Pero el que determina tiempos y alcances es el Gobierno. Ya reinició el contacto y está intentando algunos acuerdos sectoriales. Eso es un nivel, el estadío que sigue son las instituciones.

–¿Se reunirá la UIA con la CGT?

–Desde algunos sectores dicen que el pacto se cae pero nosotros seguimos adelante. La semana que viene se van a juntar a conversar el presidente de la UIA, Héctor Méndez, y el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. En los últimos meses hubo una escalada de desencuentros, estamos volviendo a hablar. Igualmente nos tenemos que tomar el tiempo necesario, no es algo para sacar en treinta días, va a tomar varios meses. Hoy hay una decisión política para avanzar. No todos compartimos la misma visión al interior del sector empresario, pero es posible lograr un acuerdo. Es imposible un proyecto nacional de desarrollo sin una alianza con los trabajadores.

–¿Por qué considera que debería incluirse a los políticos opositores en el diálogo?

–Insisto, todavía nadie definió profundidad y alcance. Algunas de las cosas que escuchamos es que se pensaba convocar a partidos de la oposición. Me parece una propuesta razonable. Tienen que estar todos para lograr algo con consensos básicos.