¿De dónde viene su compromiso social?

–Mis padres, Clara y Eliezer, eran modestos trabajadores. Vivíamos con mis hermanos Lea y Naum en un departamento de 55 metros cuadrados en el barrio porteño de Once. La lucha diaria era dura, pero la casa estaba llena de valores éticos. A mi madre la llamaban en el barrio “la asistencia pública”, porque ayudaba a todos dentro de sus posibilidades. La agenda de mi padre eran los grandes problemas del mundo, del pueblo judío y de la Argentina. La casa era un hervidero de ideas y mis padres nos daban el ejemplo de compromiso por el otro todos los días. Gracias a ellos aprendí a fondo el pensamiento social del texto bíblico. Hoy estamos tratando de transmitir con Ana, mi pilar, todos estos valores a nuestros hijos y nietos, y aportar nuestro grano de arena para avanzar a un mundo mejor.