–Las consecuencias sociales y políticas de la crisis internacional amenazan con profundizarse. ¿Cuáles fueron las visiones sobre la situación en el cierre de las reuniones del G-20 en México?

–Existe consenso sobre la existencia de una leve recuperación en Estados Unidos. Hay una convicción de que va a consolidar esa dirección mediante su política fiscal y monetaria. Van a seguir sosteniendo sus políticas de estímulo. Y las economías emergentes más dinámicas van a seguir siendo sostén del crecimiento global. China seguirá siendo la locomotora, pero también India, Brasil y Argentina contribuirán.

–¿Y la crisis en Europa?

–Existe el riesgo de que la crisis se profundice. Esa fue una posición compartida en las reuniones de México en octubre pasado, pero en vistas de los eventos posteriores esas preocupaciones son cada vez mayores.

–¿Por qué cree que puede profundizarse?

–Siguen existiendo países como Alemania, que imponen una visión que va a contramano de una resolución de la crisis. Siguen presionando a países como Grecia a hacer ajustes y los obligan a aprobar presupuestos cada vez más recesivos. Pero una vez que aprueban esos presupuestos, con un alto costo político, les corren el arco de lugar y les piden más ajustes.

–En ese escenario, el Fondo Monetario Internacional continúa reclamando medidas de ajuste.

–Recomendaron ajustes y ahora se dieron cuenta de que se les fue la mano. Recientemente, en dos documentos oficiales el FMI admitió haber “subestimado” el impacto negativo de las medidas de “consolidación fiscal” exigidas a distintos países de Europa sobre el crecimiento económico.