“Me compré un Mercedes-Benz nuevo, con lo que termino siendo parte de la especulación”, señaló con ironía el titular de la Unión Industrial, Héctor Méndez, en referencia a aprovechar el “dólar barato” para importar bienes. Méndez compartía una mesa con el titular de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, en el Sheraton, donde empezó ayer el Coloquio de IDEA. El pope industrial y el de la entidad ruralista definían una agenda que intentarán imponer luego de las elecciones. De hecho, el ruralista sostuvo que trabaja con candidatos de la oposición para buscar la forma de reemplazar las retenciones a las exportaciones por el Impuesto a las Ganancias, gravamen con alta evasión en el sector agropecuario. Dos botellas de agua en la mesa y muchas coincidencias entre ellos. Los directivos aceptaron una charla conjunta con Página/12.

–¿En qué están trabajando?

Luis Etchevehere: –Trabajando con la oposición –candidatos– en una postura clara para el campo. Creemos que la plataforma electoral debe contener temas como la inflación, la intervención en los mercados, los registros de operaciones de exportación y el tema impositivo. El pedido es siempre el mismo: precio lleno (sin retenciones) para nuestras exportaciones.

–Las retenciones permiten subsidiar a los sectores sensibles de la industria.

Héctor Méndez: –Es justo que se defienda a esos sectores. Pero no recibimos nada. Ni siquiera conocemos el destino de los fondos. La cosa privada no la puede manejar lo público. Lo que pasa es que es muy fácil no rendir cuentas con el dinero de otros. Lo que hay es una anarquía impositiva.

–¿No se desfinancia el Estado si se eliminan las retenciones?

L. E.: –Deberían reemplazarse las retenciones por Ganancias. Se requiere de una estructura impositiva que vaya retirando los impuestos con menor costo fiscal, como los que recaen a la carne, el trigo, maíz y las economías regionales. La soja debería ir mutando a un esquema de Ganancias.

H. M.: –La responsabilidad es del Estado.

L. E.: –Se requiere un sistema impositivo que fomente la inversión. Nos sacaron por retenciones 69 mil millones de dólares y no hay ferrocarril, ni caminos, ni rutas.

H. M.: –Hoy no hay competitividad. Ni siquiera se puede competir con las casas matrices, con lo cual el único mercado que se atiende es el interno, y eso es completamente ineficiente. Son pocos los que hoy ganan y no se puede decir que uno se la gasta.

–¿El tipo de cambio es parte del reclamo?

H. M.: –El control sobre el tipo de cambio sólo terminó profundizando los desequilibrios. Los empresarios adelantan compras de maquinarias y bienes para aprovechar el dólar de 5,80 pesos. Me acabo de comprar un Mercedes-Benz nuevo, con lo que soy parte también de esa especulación.

–¿La competitividad es para ustedes sólo un problema de tipo de cambio?

L. E.: –No. También hay una cuestión de costos por fletes y de incentivos para que se roten los campos. Hoy nos vemos obligados a usar menos herbicidas, a no rotar los campos ni ofrecer nutrientes al suelo. Te empujan a la soja con este esquema.

H. M.: –Otro punto son los insumos, que se encuentran monopolizados, como el precio de la chapa o, en mi caso, con el plástico, donde opera un único oferente.