El Banco Central no aflojó. Ayer venció el plazo para pesificar depósitos hasta 5000 dólares y quien no lo haya hecho, ya no tendrá otra chance. La autoridad monetaria resolvió no otorgar una segunda prórroga, a pesar de las largas colas en los bancos para realizar el trámite. Los ahorristas que no pesificaron y los que tenían depósitos superiores a 5000 dólares deberán someterse al cronograma de devolución que arranca en 2003 y vence, para los montos más altos, en 2005. El dinero será reintegrado en cuotas y también pesificado a 1,40. La opción para evitar la espera es utilizar los certificados para comprar bienes registrables, como autos o inmuebles, para lo cual hay tiempo hasta el 15 de abril. Una segunda alternativa es transformar el plazo fijo en bonos dolarizados, pero Economía todavía no reglamentó esa operatoria ni dio a conocer las características del título.
Una estimación preliminar sobre el monto de la pesificación, realizada en base a la evolución de los depósitos, indica que al 25 de febrero se habrían convertido unos 5500 millones de dólares. A ese monto habrá que sumarle las operaciones realizadas en los últimos tres días hábiles del mes. Ayer, por lo pronto, hubo largas filas de ahorristas atrapados en el corralito que querían concretar el trámite de la pesificación.
El Banco Central no accedió a estirar los plazos. Su atención ayer estuvo puesta en otros temas, también de importancia, pero más lejanos para la gente. Por un lado, modificó la normativa que imponía restricciones al giro de remesas al exterior. Las privatizadas y demás compañías extranjeras radicadas en el país ya no tendrán limitaciones para remitir ganancias a sus casas matrices. En segundo lugar, se anuló la necesidad de solicitar autorización a la entidad monetaria en el caso de que los envíos se hagan para cancelar deudas con organismos multilaterales de crédito o bancos. Es decir, las empresas, en este caso tanto extranjeras como locales, podrán pagar sus deudas con organismos y bancos sin impedimentos para sacar el dinero del país.
Finalmente, el Central concedió una prórroga, pero no a los ahorristas particulares sino a las empresas. Dispuso que hasta el 31 de marzo habrá tiempo para pagar deudas bancarias contraídas antes del 2 de noviembre de 2001 con títulos públicos nacionales. Es una medida que había tomado en su momento Cavallo procurando favorecer la reactivación.
Mientras la autoridad monetaria concentró su atención en esos temas, el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, estuvo reflexionando sobre la pesificación. O más precisamente, sobre la indexación que se aplicará a créditos y contratos pesificados. El ministro estuvo reunido en Olivos con la bancada de senadores peronistas, quienes le insistieron en modificar el índice CER, por el cual se ajustan créditos y contratos.
Remes Lenicov está recibiendo fuertes presiones para corregir la medida que tomó hace tres semanas y que tiene a los afectados con los nervios de punta. Eso mismo fue lo que le expusieron los senadores, encabezados por el presidente de la bancada, José Luis Gioja. El senador cuyano promueve un proyecto de ley para que la indexación de los créditos hipotecarios destinados a la adquisición de vivienda única y familiar se calcule en base a la evolución del salario, y no más en función de la inflación, como establece el CER. Los legisladores accedieron a incluir un artículo que pone las cosas a mitad de camino entre su propuesta original –indexación en base al salario– y el CER de Remes Lenicov. Su propuesta ahora es que la indexación se haga por un mecanismo que combine las dos opciones. Ante la presión política, Remes podría modificar el CER.