Guillermo Nielsen presentó ayer en Nueva York el plan de reestructuración de la deuda ante acreedores privados que volvieron a mostrar su disgusto con la quita propuesta por el gobierno argentino. “Hay que aclarar que no estamos negociando nada”, señaló el secretario de Finanzas a una agencia internacional, en un intermedio de las reuniones que mantuvo con representantes de bancos y fondos de inversión de Wall Street, principalmente.
A partir de los términos de la reestructuración que hizo pública ayer el Ministerio de Economía, se produjo un intercambio con los acreedores que, a juicio de Nielsen, “fue muy constructivo”. “Se ha hecho una discusión exhaustiva de los supuestos en los que están basadas las proyecciones de pago de la Argentina; creo que hay avances en la percepción de las cosas y en la cuantificación de las limitaciones”, añadió.
A la reunión acudieron representantes de los bancos de inversión JP Morgan, Morgan Stanley, UBS, Credit Suisse First Boston, de los fondos Fidelity, Alliance y Gramercy, así como el Comité de Tenedores de Bonos de Argentina (Argentina Bondholders Committee, ABC). “Obviamente no es una buena oferta, la misma de Dubai. Los tenedores de bonos no la aceptarán, y al final tendrán que llegar a un acuerdo de compromiso”, dijo Lacey Gallagher, directora de investigación para Latinoamérica del Credit Suisse First Boston. “No están contentos, pero no han abandonado la mesa”, interpretó en cambio uno de los asistentes cercanos al secretario de Finanzas.
En varias oportunidades durante el encuentro, los representantes de los tenedores de títulos insistieron en preguntar si existía algún margen de negociación. La respuesta de los funcionarios argentinos fue que “este programa no es una propuesta, sino una serie de directrices generales”.
Los acreedores siguen pensando, sin embargo, que la propuesta argentina de dejar de pagar un 75 por ciento no alcanza los mínimos aceptables y algunos la consideraron una estrategia de negociación. Esta postura fue refutada puntualmente por Nielsen, que volvió a rechazar que las pautas para la reestructuración estén sujetas a una pulseada.
En cambio, representantes de los acreedores interpretaron como un signo de una negociación abierta que el plan de reestructuración no haya sido presentado como propuesta oficial durante el encuentro celebrado en la sede neoyorquina del banco de inversión francés Lazard Frères, que asesora al gobierno argentino en la materia.