No sólo por los apellidos parecía que todos hablaban el mismo idioma. Los diputados italianos Luigi Olivieri y Giorgio Benvenuto de la alianza opositora de izquierda reclamaban a sus pares argentinos información para “demostrar el comportamiento incorrecto de los bancos italianos”, en la cesión de bonos de la deuda argentina a pequeños ahorristas. Giovanni Didoné, de la Liga del Norte, encolumnada con el premier Silvio Berlusconi, optó por el silencio.
Del otro lado los argentinos insistieron con que la propuesta del gobierno argentino “es lo único que el país puede pagar”. Todo marchaba sobre rieles. Hasta que el bonaerense Mario Cafiero dijo: “Debemos decirles la verdad a los italianos. No sabemos si la Argentina podrá pagar a futuro los bonos que hoy emite. Con una deuda que llegará casi al 100 por ciento del PBI”.
Fue su padre Antonio Cafiero quien antes había recurrido al corazón de los tres diputados italianos recordando la italianidad de muchos argentinos y distintos encuentros realizados en Italia con legisladores hijos de italianos de todas partes del mundo. Los italianos tomaron el guante. “(Oscar) Lamberto, Cafiero, (Rodolfo) Frigeri, parece que estamos en casa”, señaló Benvenuto.
Para el legislador italiano el comportamiento de los bancos de su país es cuanto menos incorrecto. Reclamó información y también comentó que en el Parlamento italiano, concretamente en el Senado, había sido bloqueada una iniciativa que obligaba a los bancos a absorber bonos de pequeños ahorristas hasta un monto de 50 mil euros. No ocultó que también fracasó el intento de crear una comisión investigadora.
Aquí fue donde Cafiero (hijo) dijo que “no correspondemos a nuestros colegas diciéndoles vamos a ayudarlos con esa investigación creando una comisión binacional”.
Cafiero insistió con la creación de una comisión que investigue la deuda ilícita de la dictadura y puntualizó que cuando la Argentina entró en cesación de pagos, “ni siquiera se creó un registro de acreedores”.