ECONOMíA
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El dólar de la polémica
- Bruno Capra (especialista en temas industriales): “Las retenciones a determinados tipos de exportaciones, ligadas a condiciones naturales ventajosas como las de la pampa húmeda, son una necesidad para la Argentina y no una excepción para situaciones de emergencia. El agro necesita para competir en el mundo un tipo de cambio neto más bajo que otros sectores. Además, como las exportaciones compiten con el consumo interno en rubros sensibles para el bolsillo de la gente, un tipo de cambio alto para el agro es una bomba para los ingresos de la población. Los sectores industriales, en cambio, necesitan un tipo de cambio alto para ser más competitivos en el exterior y además, así, generar empleo. En definitiva, con tipos de cambio diferenciales (a través de las retenciones a los sectores con ventajas naturales), lo que se logra es maximizar el beneficio para la sociedad en su conjunto”.
- Guillermo Carracedo (consultor económico): “No cabe duda que éste es un tipo de cambio exagerado, pero no se puede salir de él. Estamos encerrados, como en los tiempos de la convertibilidad. Porque la Argentina hoy no puede bajar el tipo de cambio y eliminar las retenciones a la vez, porque así dejaría de tener superávit fiscal, y si eso ocurre vamos a un nivel de inflación del 20 al 30 por ciento. Paradójicamente, la situación es ésa: bajando el dólar, tendríamos más inflación, cuando tradicionalmente fue al revés. Tenemos que ser realistas y aceptar que el actual es un tipo de cambio fiscal, no está determinado por ningún estudio econométrico ni es el nivel de equilibrio en función del comercio internacional. Simplemente, es el necesario para mantener este nivel de superávit fiscal. En la Argentina de los últimos años está demostrado que no hay superávit si no es por retenciones o impuestos al cheque. Y salvo con una recaudación espectacular por otros medios, de este encierro no hay salida”.
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