El pasado mes de mayo, la producción automotriz volvió a registrar una fuerte baja interanual (46,7 por ciento), manteniendo la misma tendencia en el acumulado de los primeros cinco meses, informaron los fabricantes locales agrupados en Adefa. Con respecto a abril, la baja fue del 7,4 por ciento, lo que indica que, luego de las ventas contra depósitos acorralados, sólo existió una “demanda de reposición” por parte de las concesionarias. Aunque todavía registran una caída respecto del año anterior (39,3), las exportaciones comenzaron a aumentar: contra abril crecieron el 8 por ciento. Precisamente en este punto centran sus esperanzas las automotrices. Si se alcanza un acuerdo con Brasil, que se sume a los ya logrados con Chile y México, la producción local podría alcanzar las 250 mil unidades anuales, de las cuales 170 mil irán al mercado externo.
La fabricación de automóviles, a tono con las restantes ramas industriales, continuó cayendo durante mayo. En los primeros cinco meses del año la baja acumulada fue del 48,9 por ciento (55.109 en 2002 contra 107.860 en 2001). Sin embargo, las terminales locales consideran que la demanda interna “ya está en su piso”. Para lo que resta del año esperan que las ventas internas permanezcan constantes en torno a las 10 mil unidades (entre vehículos nacionales e importados).
Las ventas a las concesionarias, en tanto, registraron una disminución contra abril del 38,7 por ciento y del 54,2 en la comparación interanual. Según las terminales, esta demanda mínima se debe, antes que a ventas, a la reposición realizada por las concesionarias luego del transitorio pico registrado por las ventas generadas por la posibilidad de pagar las unidades nuevas con depósitos acorralados. Además, de los 10 mil vehículos vendidos a los minoristas, sólo el 40 por ciento fueron ensamblados localmente. En algunas firmas la producción de mayo fue realmente mínima. Fiat produjo 238 unidades, Peugeot Citroën 187, Iveco 137 y Scania sólo 2, lo que significa lisa y llanamente producir a pérdida y también, que el sector de camiones es el más afectado por la recesión. En el top de la lista se ubicó Ford, con 4491 unidades, casi un tercio de 15.247 unidades producidas por el total de las fábricas.
Las esperanzas de los productores locales están puestas en el aumento de las exportaciones. Según señalaron a Página/12 fuentes de las automotrices, los recientes acuerdos con Chile y México permitirán que las ventas al exterior a lo largo del año crezcan en 80 mil unidades (30 mil a Chile y 50 mil a México). Este volumen podría verse fuertemente incrementado, hasta las 170 mil unidades, si se consigue romper la trampa en que se transformó, caída la convertibilidad, el Acuerdo Automotor con intercambio compensado existente con Brasil. No obstante, el mecanismo de exportar volúmenes similares a los importados –el 1 a 1 en el balance automotor bilateral prolijamente construido durante la etapa final del 1 a 1 cambiario– resulta ahora difícil de desarmar. En la actual situación, el acuerdo carece de sentido para las terminales argentinas. Hasta ahora, las multas que el trato estipulaba para quienes se salgan de la compensación fueron perdonadas por Brasil. La realidad es que, como las firmas automotrices son las mismas a ambos lados de la frontera, frente al cambio de los precios relativos, las casas matrices parecen haber tomado la decisión de comenzar a utilizar la subutilizada capacidad instalada argentina (que podría llegar al medio millón de unidades anuales). Una alternativa a la que el gobierno brasileño, siempre atento a preservar la producción fronteras adentro, se resiste.