El ingenioso esquema financiero elaborado por el Banco Río para que el Banco Central le otorgue redescuentos sin que aporten el equivalente el dólares se resume en un “flujograma” presentado por la propia entidad a los funcionarios. Los pasos son los siguientes. El Banco Río le otorga una línea de crédito en pesos a Cargill Argentina, uno de sus principales clientes, con parte de los redescuentos en pesos que le otorgaría el Central al Río. Una subsidiaria de Cargill en el exterior se compromete a pagar en dólares a 46 bancos corresponsables, acreedores del Banco Río. Así, estos bancos refinanciarían una deuda por 570 millones de dólares del Río a un plazo de cinco años.
Según la Gerencia de Exterior y Cambios del Banco Central, esta operatoria viola las siguientes normas, establecidas por resoluciones del Ministerio de Economía: 1) La obligatoriedad del exportador cerealero (Cargill) de ingresar en las divisas en el país en un plazo máximo de 15 días después del embarque. 2) La obligatoriedad de liquidar ante el Banco Central todas las exportaciones superiores a 500.000 dólares. Justamente, esta última medida es la que estabilizó el dólar en el último mes. Anteriormente, los exportadores liquidaban sus divisas ante bancos privados en el país. Pero había una notoria escasez de oferta de dólares en el mercado cambiario, o porque los exportadores liquidaban menos de lo debido, o porque los bancos acaparaban dólares en exceso para cubrirse a futuro.