Las celebraciones de año nuevo kurdo en Turquía revivieron viejos conflictos. En una batalla campal con las fuerzas de seguridad, más de 200.000 manifestantes kurdos salieron a las calles a festejar otro año de resistencia contra el Estado turco durante este fin de semana. La tensión continuaba ayer luego de que se conociera la muerte de dos personas en las protestas que cerraron con un saldo de al menos 100 heridos de bala y 500 detenidos. Según emisoras locales, miles encendieron hogueras y apoyaron a Abdullah Ocalan, el líder preso del ilegalizado Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

El 21 de marzo es celebrado en Medio Oriente como el inicio de la primavera, pero desde 1980 los kurdos aprovechan la fecha para protestar contra el Estado turco. Ayer no fue la excepción y la sangre volvió a correr. Los principales incidentes se produjeron en las ciudades de Van, Hakkari, Siirt, Batman, Silopi y Mersin, todas de mayoría kurda. La mayor represión ocurrió en Van, donde un hombre de 35 años, herido ayer por un disparo, murió y fue enterrado en medio de cánticos contra el premier turco, al que llamaron “asesino”. Además, 130 personas fueron detenidas y 38 heridas. Otro manifestante, de 20 años, murió como consecuencia de disparos en una protesta en la localidad de Yuksekova, donde más tarde tres policías fueron heridos tras una explosión. Además, decenas de miles desafiaron al gobierno en Estambul y en Diyarbakir llegaron a ser unos 200.000.