EL MUNDO › EN CISJORDANIA Y GAZA RECORDARON LA “CATASTROFE” DE HACE SESENTA AÑOS, CUANDO FUERON VENCIDOS
El presidente norteamericano dio un discurso en el Parlamento israelí en el que criticó a los que quieren negociar con terroristas o radicales, llamándolos “aplacadores”. Se congratuló de que Washington sea un aliado de Tel Aviv.
› Por Donald Macintyre *
Desde Jerusalén
El presidente George W. Bush no escatimó elogios en el aniversario de Israel ayer, mientras los palestinos conmemoraban el “Nakba” o “catástrofe”, cuando 700.000 de ellos fueron obligados a huir de sus hogares hace sesenta años. En un discurso especial al Knesset (Parlamento) israelí, Bush declaró que Estados Unidos estaba orgulloso de ser el “aliado más cercano” de una nación que era la “patria para la gente elegida” y que había trabajado incansablemente por la paz y luchado valientemente por la libertad”. Y en un discurso en el que unió a Hamas, Hezbolá y Al Qaida, el presidente comparó a aquellos –incluyendo gente “buena y decente”– que instaban las negociaciones con “terroristas y radicales” con partidarios de aplacar a los nazis antes de la Segunda Guerra Mundial.
Sobre Irán, Bush dijo que permitir que “el principal patrocinador del terror del mundo” tenga “el arma más mortal del mundo” sería una “traición imperdonable para las futuras generaciones”. El discurso de Bush fue notable por su única referencia a las aspiraciones palestinas a un Estado. No aludió a las actuales negociaciones entre el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, sobre el bosquejo de una solución de dos Estados que él mismo impulsó en la conferencia de Annapolis el año pasado.
En lugar de eso, su única mención la hizo en un pasaje imaginando el 120º aniversario de Israel –de aquí a 60 años–, en los que los palestinos tendrían “la patria con la que soñaron tanto tiempo y que merecen –un Estado democrático gobernado por la ley–. Para entonces, profetizó, Medio Oriente consistiría en “sociedades libres e independientes” y Hamas, Hezbolá y Al Qaida habrán sido derrotadas, “ya que los musulmanes en toda la región reconocen lo vacuo de la visión de los terroristas y la injusticia de su causa”. Bush ni siquiera hizo una referencia indirecta al hecho de que estaba dando su discurso el día en que los palestinos anualmente conmemoran el “Nakba” de la guerra de 1948, que dejó a un Israel victorioso en control del 78 por ciento de Palestina.
Mientras las sirenas sonaban y miles de globos negros eran lanzados en Cisjordania, varios miles de palestinos se reunieron en Manara, la principal plaza de Ramalá, para escuchar el discurso grabado de Abbas instando a la reconciliación y a ponerles fin a las construcciones de colonias israelíes en Cisjordania para facilitar las negociaciones para un futuro estado. “Han pasado sesenta años”, dijo. “Es hora de que termine el Nakba para el pueblo palestino.” Pero un mensaje de Hamas, que controla Gaza, para el día de Nakba, les pedía a los palestinos que continuaran con la “resistencia” e instaba al presidente palestino a “abandonar la ilusión de negociaciones”.
Por lo menos un joven palestino fue herido en Gaza después de que varias docenas de adolescentes se separaron al final de la manifestación organizada por Hamas cerca del cruce de Erez. Cuando los jóvenes tiraron piedras, las fuerzas israelíes dispararon municiones y gases lacrimógenos.
Tres parlamentarios árabes del Knesset fueron sacados por los guardias de seguridad antes del discurso de Bush, después de que desplegaran una bandera que decía “Venceremos”.
Bush repitió el juramento simbólico tradicional de los soldados israelíes en Masada, la fortaleza donde 960 judíos que se rebelaron en el siglo primero contra el gobierno romano se suicidaron antes de rendirse, y que visitó ayer: “Masada no volverá a caer”. Y añadió a una ovación de pie: “Y Estados Unidos estará a su lado”. Pero en su discurso no mencionó la ocupación del territorio palestino desde la guerra de 1967 o replantear las posiciones internacionales –de EE.UU.– a posiciones críticas con Israel –como las exigencias para que se retiren los puestos de avanzada o que se detengan la expansión de los asentamientos–.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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