EL MUNDO › UN PERIODISTA IRAQUI LE ARROJO SU CALZADO DURANTE LA FIRMA DEL ACUERDO DE RETIRADA
En su última visita como presidente al escenario de su mayor debacle, Bush intentó hacer pasar el acuerdo de retirada como una carta de victoria. Pero en medio de su discurso un periodista le tiró con lo que tenía y el texano se agachó.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en visita sorpresa a Irak, recibió un zapatazo mientras ratificaba la retirada total del ejército norteamericano antes de enero de 2012.
Durante la rueda de prensa posterior a la firma del acuerdo, un periodista iraquí, identificado como Muntazer al Ziadi, lanzó su zapato contra Bush, que mostró reflejos y logró esquivarlo.
El incidente ocurrió cuando Bush se dirigía a los periodistas; en ese momento fue interrumpido por el corresponsal del canal de televisión Al Bagdadía, que se levantó con un zapato en la mano y se lo arrojó mientras gritaba “perro” al presidente estadounidense. Después le tiró el otro zapato. Bush se agachó, al Ziadi intentó atajarlo y el calzado dio contra la pared, mientrasguardaespaldas se abalanzaban sobre el periodista, según mostró un video publicado en Youtube.com.
“Este tipo de hechos no me preocupan. Quien los hace quiere llamar la atención”, dijo el presidente norteamericano tras el incidente.
En Irak, igual que en gran parte del mundo árabe, arrojar un zapato es una de las mayores ofensas que se pueden cometer contra una persona; en 2003, por ejemplo, los iraquíes lanzaron sus zapatos contra la estatua de Saddam Hussein. El presidente estadounidense, por su parte, no perdió la compostura y, mientras expulsaban de la sala al cronista, hizo una broma “Si quieren un dato, es un zapato del número 10 (el 44 en la medida europea)”, dijo Bush entre las risas del público.
Bush había viajado a Bagdad para firmar el acuerdo de retirada, que ya ha sido aprobado por el Parlamento iraquí y el Consejo Presidencial de ese país. “Queremos decir al pueblo iraquí a través de este acuerdo que Estados Unidos es un país que cumple con su palabra”, dijo Bush antes del zapatazo.
Durante su último viaje como presidente al país que ordenó invadir en el 2003, Bush se entrevistó con los principales dirigentes iraquíes. Entre ellos estuvo Abdel Haziz al Hakim, líder del Consejo Supremo Islámico de Irak, principal apoyo chiíta del gobierno.
Reunido con su homólogo iraquí, Yalal Talabani, Bush calificó la misión del ejército estadounidense en Irak como necesaria para la seguridad de EE.UU. y la paz mundial.
“La intervención estadounidense en Irak fue difícil, pero necesaria”, señaló Bush. “La misión no fue fácil pero fue importante para la seguridad de EE.UU., para el futuro de Irak y para la paz mundial”, apuntó el actual mandatario norteamericano, cuyos índices de popularidad están en sus niveles más bajos, en gran parte por la guerra contra Irak.
Bush inclusive se atrevió a mencionar la palabra “victoria” en su discurso de despedida: “La guerra no terminó pero con la conclusión del acuerdo (de seguridad entre Irak y Estados Unidos), el valor del pueblo y de los soldados iraquíes, de los militares y del personal civil estadounidenses nos encaminamos por la vía de la victoria”, dijo tras la firma del acuerdo con el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki.
El presidente iraquí, por su parte, declaró su reconocimiento a Bush, a quien calificó de gran amigo del pueblo iraquí, por haber acabado con los 24 años de la dictadura de Saddam Hussein. Maliki aseguró que el pacto allana el camino para el regreso del ejército norteamericano a Estados Unidos.
A pesar de que el pacto ratificado ayer estipula la retirada del ejército de EE.UU. de las ciudades iraquíes antes de julio de 2009, los mandos militares estadounidenses ya han comentado la posibilidad de permanecer en algunos núcleos urbanos después de esta fecha para llevar a cabo tareas de entrenamiento y misiones de apoyo. Pero las autoridades iraquíes han subrayado que los soldados norteamericanos sólo podrán permanecer en ciudades después de la fecha estipulada si cuentan con el permiso expreso del gobierno de ese país.
La visita del mandatario de EE.UU., la cuarta desde la invasión de Irak en 2003, se produce al día siguiente de la llegada del secretario de Defensa, Robert Gates, que permanecerá en su cargo bajo la futura administración de Barack Obama. Durante su estadía, Gates puntualizó que el plan presentado por el presidente electo, Barack Obama, para retirar las tropas en 16 meses, se va a llevar adelante de manera responsable.
Desde la invasión de marzo de 2003, más de 4200 militares estadounidenses han muerto en Irak, así como decenas de miles de iraquíes.
El pasado 1º de diciembre Bush reconoció en una entrevista que el mayor error de sus ocho años en la Casa Blanca fue hacer caso a los informes de inteligencia que decían que había armas de destrucción masiva en Irak.
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