Un tanque israelí bombardeó ayer un camión con ayuda humanitaria de la ONU y provocó la suspensión inmediata de las operaciones del organismo multilateral en Gaza. La suspensión agravó la crisis humanitaria de la Franja, donde 10.000 empleados de la ONU alimentan al 50 por ciento del millón y medio de palestinos que viven allí, dijo un funcionario de la agencia.

“Les dijimos a todos los trabajadores que no salieran de sus casas. ¿Qué va a ser de los cientos de miles de palestinos que dependen de nosotros?”, se preguntó desde Nueva York Faahir Lone, funcionario de la Unrwa, la agencia de la ONU para refugiados palestinos.

El ataque se produjo a las 9.00 hora local. El camión, cargado de insumos médicos, se había adentrado cerca de un kilómetro en la Franja, tras atravesar el paso de Eretz y recibir el visto bueno de las autoridades militares israelíes. En ese momento, al menos un tanque abrió fuego sobre el primer vehículo de la caravana. El conductor murió y al menos tres acompañantes resultaron gravemente heridos.

“Con este ataque perdimos toda la confianza en el mecanismo de contacto con los israelíes. Estamos dispuestos a correr ciertos riesgos, pero esto es demasiado”, dijo Lone a Página/12 con evidente indignación. “Sencillamente no puede entenderse. Nuestros camiones están identificados con la bandera de la ONU. Antes de cualquier movimiento, verificamos con los oficiales israelíes sobre el terreno. Recibimos el permiso de avanzar y aun así nos disparan”, agregó. El oficial de Naciones Unidas señaló que este ataque se suma a otro ocurrido hace dos días, cuando murieron tres trabajadores humanitarios, con lo que ya son cuatro los empleados civiles de la ONU muertos en el conflicto, donde además fueron bombardeadas tres escuelas que dependen del organismo.

Según el funcionario, en las últimas 48 horas el número de desplazados internos pasó de 20.000 a 30.000 sólo en la zona norte de la Franja. Esto es, gente que tuvo que abandonar sus casas para trasladarse a los campos de refugiados de la ONU y otras agencias internacionales. “Del millón y medio de palestinos, 750.000 reciben su ración diaria de comida y medicamentos de nosotros. Ahora estamos a la espera de que las autoridades nos aseguren que podemos trabajar sin morir en el intento.” El funcionario indicó que en estos momentos un millón de palestinos en Gaza no tienen electricidad y 500.000 no cuentan con agua corriente. “Y ahora ni siquiera las ambulancias pueden circular”, añadió.

Lone dijo que las tres horas diarias de tregua acordadas por el gobierno israelí no son suficientes, ya que apenas alcanzan para transportar lo mínimo indispensable. “El tiempo se nos va limpiando escombros y juntando cadáveres”, remató. Según testigos, decenas de camiones quedaron varados en la ruta hacia los pasos de Erez y Kerem Shalom.

Por su parte, el portavoz de la ONU, Richard Miron, confirmó que la agencia había notificado al ejército israelí sobre la presencia de la caravana humanitaria de la Unrwa. “No podemos continuar operando de esta manera”, dijo Miron.

El vocero de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en la Franja de Gaza fue más drástico al insinuar que el ataque al camión pudo haber sido deliberado. “Si se demostrara que Naciones Unidas ha sido objetivo de las fuerzas armadas eso sería una violación de las convenciones de Ginebra y del derecho internacional humanitario, que es de aplicación universal”, explicó.

Más de setecientos sesenta palestinos murieron desde que comenzó la ofensiva, el 27 de diciembre. Desde Nueva York, Lone, el funcionario de la ONU, no tenía consuelo. “Se bombardea a la población a diario y ni siquiera se la deja huir a otro lugar”, se lamentó. “La vida no es posible en estas condiciones.”

Informe: Martín Suaya