La ofensiva israelí contra los militantes de Gaza continuó con toda su furia ayer, a pesar de las intensas discusiones en El Cairo sobre un plan de paz. El ejército israelí dijo que había atacado 25 blancos, incluyendo depósitos de armas de Hamas, lugares para lanzamiento de cohetes y un cruce colmado de explosivos para detener a las tropas que avanzan. También impactó a tres militantes de la Jihad islámica que lanzaron cohetes hacia Israel en los días anteriores. El ejército dijo que otro soldado israelí fue muerto ayer en Gaza, lo que hace un total de ocho bajas militares en la actual ofensiva.

Mientras tanto, por lo menos tres cohetes Katyusha fueron disparados al norte de Israel desde Líbano, hiriendo a seis israelíes. Parecía ser un ataque aislado, por el cual ni Hezbolá ni Hamas se adjudicaron la autoría. Las tropas israelíes respondieron con fuego de artillería. Las fuerzas de seguridad israelíes aumentaron su alerta y ordenaron a los israelíes que fueran a los refugios para bombas a lo largo del área de la frontera norte.

En Gaza, los enfermeros de una ambulancia encontraron a cuatro niños hambrientos demasiado débiles para pararse. Habían estado tratando de llegar a su barrio durante cuatro días después de que comenzara el ataque israelí, dijo ayer la Cruz Roja. En lo que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) llamó un “incidente vergonzoso”, otro hombre, demasiado débil para pararse, fue encontrado en la misma casa bombardeada junto con, por lo menos, 12 cadáveres sobre colchones.

Acusando a Israel de violar la ley internacional por imponer demoras “inaceptables” al personal de rescate que trataba de llegar a la escena, el CICR dijo que cuando al personal de la ambulancia finalmente se le permitió pasar al distrito Zeitoun de la ciudad de Gaza, durante una pausa de los bombardeos el miércoles, encontraron a 15 sobrevivientes más, incluyendo a varios heridos en otra casa. En una tercera vivienda encontraron tres cadáveres más.

El CICR dijo que, porque el ejército había construido grandes paredes de tierra alrededor del sitio, las tripulaciones se veían obligadas a usar carros con burros para llevar a los niños y a los heridos hasta las ambulancias. Pierre Wettack, el jefe de la delegación de CICR para Israel y los Territorios Ocupados Palestinos, afirmó: “El ejército israelí debe haber sabido de la situación, pero no asistieron a los heridos. Tampoco hicieron que fuera posible para nosotros o la Media Luna Roja Palestina asistir a los heridos”. La organización acusó al ejército israelí de “violar sus obligaciones bajo la ley internacional para cuidar de y evacuar a los heridos”. La crítica fue inusual, ya que generalmente se abstiene de atacar públicamente a la conducción de los partidos en guerra en las zonas de conflicto.

El distrito Zeitoun ha sido el foco de fuertes combates y los rescatistas de la Cruz Roja recuperaron ayer a 105 personas heridas, de acuerdo con el vocero Iyad Nasr. Especialmente hubo muchas muertes entre la extensa familia Samouni cuando el complejo, en el que el ejército le había dicho el día anterior que se refugiaran, fue bombardeado temprano el lunes a la mañana. Según miembros de la familia, el bombardeo ocurrió después de que una persona tratara de irse. Otras agencias humanitarias se quejaron también de la dificultad de moverse alrededor de Gaza. Geoff O’Donoghue, de Cafor, dijo que el ocasional alto de tres horas de actividad militar era “insuficiente para permitir llegar a aquellos que necesitan asistencia”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.