EL MUNDO
› ARROLLADORA VICTORIA DE LOS
REPUBLICANOS EN LAS ELECCIONES DE MEDIO MANDATO
Todo el poder para la dinastía Bush
George W. Bush reconquistó el dominio del Senado y ensanchó el de la Cámara de Representantes en las elecciones legislativas del martes. Además, su hermano Jeb volvió a ganar la gobernación de Florida por amplio margen. El resultado impulsará las tendencias más extremas del gobierno.
Fue cartón lleno para George W. Bush. El Partido Republicano dominará a partir de enero tanto la Cámara de Representantes como el Senado de Estados Unidos, tras las contundentes victorias obtenidas en las elecciones legislativas celebradas el martes, según los resultados oficiales difundidos ayer. De hecho, los resultados fueron tan abrumadoramente favorables a los republicanos –y tan atípicos, ya que el partido en la Casa Blanca suele perder bancas en las elecciones legislativas de mitad de mandato– que el presidente evitó ayer aparecer en público y formular declaraciones. “El presidente pensó que la manera más apropiada de marcar el día sería con un toque de distinción –dijo el portavoz presidencial Ari Fleisher–. Por lo tanto el presidente no hará hoy ninguna declaración pública.” Pero también hubo un record de abstencionismo: sólo el 37 por ciento del electorado votó.
En el Senado, de 100 bancas, los republicanos consiguieron la delantera con una diferencia de 51 bancas contra 47 de los demócratas, con un asiento aún sin adjudicar y un tercero para un político independiente. Antes de las elecciones la Cámara alta estaba dividida en partes iguales, pero el senador independiente Jim Jeffords, de Vermont, apoyaba al Partido Demócrata. El líder republicano en el Senado, Trent Lott, quien controlará la agenda de la cámara a partir de enero, dijo que los resultados de las elecciones reflejan que la población está cansada de tanta política partidaria y quiere avanzar en la resolución de cuestiones de seguridad nacional. “El pueblo norteamericano indicó que quiere que el Congreso, la Cámara de Representantes, el Senado y el presidente trabajen juntos para resolver cuestiones, para producir resultados, y no quedar atrapados en la política partidaria, de la que hemos visto tanto este año aquí en el Senado”, consideró Lott en una conferencia de prensa. “Cuando uno mira hacia atrás y ve lo que pasó durante el último año y medio, uno no puede ignorar el hecho de que Estados Unidos cambió el 11 de septiembre, hace más de un año. Y creo que eso ha tenido efectos en estas elecciones”, agregó. “Creo que (los estadounidenses) tienen confianza en el liderazgo de este presidente y en la guerra contra el terrorismo y contra (la red terrorista) Al-Qaida, y quieren que el Congreso apoye y trabaje con nuestro presidente como el comandante en jefe”, dijo Lott. Esta es una alusión al proyecto de Bush de crear un nuevo Departamento de Seguridad Interior, que la saliente mayoría demócrata bloqueó porque la propuesta de Bush incluía una cláusula destinada a precarizar el régimen laboral que protege a los empleados públicos. Presuntamente, la precarización avanzará ahora viento en popa.
En la Cámara de Representantes, de 435 bancas, los republicanos incrementaron la diferencia a su favor al ganar al menos otros cuatro asientos. Ayer, los republicanos contaban con 227 asientos, mientras que los demócratas sólo sumaban 204. Tres disputas permanecían sin definir, y un mandato quedó en manos de un candidato independiente. La mayoría en esta cámara es de 218 bancas.
En los últimos 150 años, el partido del presidente George W. Bush sólo había logrado en tres ocasiones ampliar su apoyo electoral a la mitad del mandato presidencial. De esta manera, Bush podrá contar a partir de enero, cuando comience el nuevo período legislativo, con un sólido respaldo para su política hacia Irak, la controvertida ampliación del sistema de defensa nacional y la creación del Departamento de Seguridad Interior. Asimismo, Bush contará con el apoyo necesario para avanzar en la reducción de impuestos, la designación de jueces federales conservadores y la explotación petrolífera en una reserva natural en Alaska.
Analistas estadounidenses atribuyeron el triunfo republicano a la elevada cuota de popularidad (60 por ciento) del presidente Bush, quien asistió durante la campaña electoral de su partido a actos en decenas de estados, en los que centró la atención en el debate sobre Irak y en la lucha contra el terrorismo. “Creo que el presidente estuvo allí afuera día tras día, y creo que hizo un buen trabajo de campaña para su partido y suscandidatos”, opinó coincidió Tom Daschle, líder saliente de la mayoría demócrata en el Senado. Los demócratas, en cambio, fracasaron con su estrategia encaminada a capitalizar los pobres resultados económicos del gobierno de Bush, el crecimiento del desempleo o los escándalos contables que salpican a varias grandes empresas estadounidenses.
Uno de los vencedores republicanos más destacados fue Elizabeth Dole, quien fue secretaria de Transportes y de Trabajo en los gobiernos de Ronald Reagan y George Bush padre. Dole defendió con éxito un escaño republicano en el Senado por Carolina del Norte. Su esposo, el ex senador por Kansas Bob Dole, se había medido con Bill Clinton en la lucha por la presidencia en 1996. Los republicanos controlan la Cámara de Representantes desde 1994. El presidente republicano de la Cámara, Dennis Hastert, defendió sin problemas su mandato en el estado de Illinois. El líder de la oposición demócrata, Richard Gephardt, hizo lo mismo en Missouri.
En las elecciones para gobernadores de 36 de los 50 estados federados, el gobernador Jeb Bush, hermano del presidente, logró la reelección en Florida con una ventaja sorprendentemente amplia. En Maryland perdió la elección la candidata demócrata Kathleen Kennedy Townsend, hija de Robert Kennedy, asesinado en 1968, mientras que el gobernador de California, el demócrata Gray Davis, retuvo su cargo por un estrecho margen.
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