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La Cancillería cubana reclamó la exclusión de la isla de la lista de países que Estados Unidos considera “patrocinadores del terrorismo”, en un nuevo giro que prolonga la mayor polémica bilateral que hayan sostenido hasta ahora los gobiernos de Raúl Castro y Barack Obama.

La Cancillería recordó que siguen impunes en Estados Unidos los dos confesos autores intelectuales del atentado contra un avión cubano de pasajeros en 1976: Orlando Bosh tuvo el perdón presidencial y vive en Miami, y Luis Posada Carriles enfrenta un juicio menor de origen migratorio.

Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores subrayó además que la cooperación contra el terrorismo es un punto que La Habana ha propuesto como parte de una agenda bilateral y lo ratificó en cuatro ocasiones en la década pasada –la última vez en julio anterior–, sin que Washington haya reaccionado.

El diferendo estalló el lunes, cuando nuevas medidas de seguridad incluyeron a los cubanos entre quienes serán revisados exhaustivamente al llegar a Estados Unidos. Otra disputa se abrió hace un mes, cuando un estadounidense, que trabajaba por cuenta del gobierno de Washington, fue detenido en la isla, después de repartir aquí equipos que Castro identificó como medios de comunicación satelital.

El martes Cuba protestó por la vía diplomática por la decisión contra sus ciudadanos, pero horas más tarde un vocero del Departamento de Estado defendió la represalia, alegando el “largo apoyo” de la isla a “grupos radicales de la región”.