EL MUNDO › SEGUNDA RONDA ENTRE CUBANOS Y NORTEAMERICANOS, SIN RESULTADOS

Reunión en La Habana por migraciones

Funcionarios de Cuba y Estados Unidos se reunieron ayer en La Habana para discutir un nuevo acuerdo migratorio. “La reunión se desarrolló en un ambiente respetuoso. Ambas delegaciones evaluaron el comportamiento de los acuerdos migratorios vigentes entre los dos países”, señaló el comunicado oficial difundido en Washington. La de ayer fue la segunda ronda de diálogo; la primera había sido el año pasado en Nueva York.

Aún no hay resultados concretos, pero ambas partes coincidieron en que las negociaciones continuarán. Ayer se dedicaron a describir la situación de cada uno de los países y de hacer sus demandas. Según el comunicado oficial, Washington quiere garantías de que su Sección de Intereses Estadounidenses en Cuba pueda operar sin problemas, comprobar el bienestar de los emigrantes repatriados y lograr que el gobierno cubano acepte la repatriación de los nacionales cubanos que son excluibles por motivos penales. También reclamó la liberación del contratista norteamericano detenido a fines de 2009, acusado de financiar a la oposición.

La Habana, por su parte, reclamó más plazas diplomáticas para agilizar los trámites consulares en su Sección de Intereses Cubanos en Washington, garantizar una emigración legal, segura y ordenada entre los dos países, y cooperar de forma más efectiva en la lucha contra el tráfico ilícito de personas. “Además esperamos que algún día Estados Unidos nos responda a las propuestas que le hemos hecho adicionalmente para alcanzar acuerdos en otras áreas, como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico”, agregó el presidente del Congreso cubano, Ricardo Alarcón.

Las dos naciones, en pugna desde la victoria de la Revolución Cubana en 1959, firmaron el último acuerdo migratorio en 1994, después de que el gobierno de Bill Clinton enfrentara un aluvión inédito de balseros cubanos en las costas de Florida. Según el acuerdo, Washington se comprometió a entregar 20 mil visas anuales a ciudadanos cubanos y, a cambio, La Habana aceptaba recibir, sin sanciones, a los inmigrantes ilegales que fueran detenidos por la Guardia Costera norteamericana en altamar. Paralelamente siguió rigiendo en Estados Unidos la política de pies secos, que establece que los cubanos que llegan a territorio norteamericano reciben automáticamente la ciudadanía estadounidense. Los que son detenidos en el mar, antes de llegar a la costa, deben ser devueltos a la isla caribeña.

Ayer la isla recordó a través de un comunicado oficial que nada cambiará si se mantienen las leyes actuales. “No podrá garantizarse una emigración legal, segura y ordenada como establecen los acuerdos migratorios, mientras en los Estados Unidos continúen aplicándolas”, advirtieron. Desde el acuerdo de 1994 más de 300 mil cubanos recibieron visas legales para establecerse en Estados Unidos y cerca de 15 mil llegaron ilegalmente por tierra y mar. Sólo el año pasado 2200 hombres, mujeres y niños provenientes de la isla caribeña fueron detenidos en sus balsas por la Guardia Costera norteamericana. El número de los que fallecen en el intento no aparece en las estadísticas oficiales.

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