EL MUNDO › EE.UU. ORDENó A SUS FUERZAS COORDINAR CON SURCOREA UNA EVENTUAL RESPUESTA A NORCOREA
Seúl suspendió el comercio con Pyongyang, una medida que le costará al régimen comunista unos 200 millones de dólares por año. Corea del Norte amenazó con abrir fuego contra cualquier dispositivo que transmita propaganda en contra.
La tensión sube cada vez más entre las dos Coreas y a ella se sumó el infaltable aporte de Estados Unidos. Corea del Sur suspendió ayer su comercio con su vecina del norte y pidió sanciones. El presidente estadounidense, Barack Obama, se solidarizó con Seúl y ordenó a sus fuerzas armadas estar alertas frente a cualquier posible agresión norcoreana.
El 26 de marzo pasado se produjo el hundimiento de la fragata surcoreana Cheonan y la muerte de 46 de sus marineros, lo que significó la peor tragedia militar de Seúl desde la Guerra de las Dos Coreas en la década de 1950. Una comisión de investigación culpó por ese fatal hecho a Norcorea y el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, anunció que su gobierno había decidido responder a la “brutalidad constante” con la que se mueve el régimen comunista. “Esta vez Corea del Norte pagará el precio correspondiente por sus actos de provocación.” Tomó aire y comunicó la suspensión de todo el comercio con su vecino del norte. Corea del Sur es el socio comercial número dos de Corea del Norte, después de China, y la medida le costará a Pyongyang unos 200 millones de dólares por año, según calcularon los especialistas. A esa medida se le agrega la prohibición de que sus barcos utilicen los puertos surcoreanos y la solicitud al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que imponga sanciones. Además, el Ministerio de Defensa informó la reanudación inmediata de los altavoces desde los que se envía a Pyongyang propaganda sobre el sistema del sur.
La iniciativa fue celebrada por Washington. El presidente Obama hizo saber su respaldo a Surcorea y ordenó a sus fuerzas armadas estar listas para hacer frente a una posible agresión norcoreana. Asimismo, instó a Corea del Norte a detener “su comportamiento beligerante y amenazante”, luego de que Pyongyang amenazara con abrir fuego contra cualquier dispositivo que transmita propaganda contra el régimen comunista, disposición adoptada ayer por Surcorea tras seis años de silencio. Según trascendió, la Casa Blanca está estudiando realizar maniobras militares conjuntas y ensayar alguna táctica diplomática que aún no se conoce sobre qué eje girará. Cerca de 28 mil soldados norteamericanos están apostados en la península de Corea, según estimaciones. El ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-Young, se apresuró a confirmar que Estados Unidos realizará juntamente con su país ejercicios navales antisubmarinos en la zona.
Como ya parece un clásico en la última semana, Washington dijo contar con el apoyo de China para frenar una posible salida bélica entre las dos Coreas. “Estamos trabajando duro para evitar una escalada de beligerancia y provocación. Esta situación que Corea del Norte causó en la región es altamente precaria”, resaltó Hillary Clinton, la secretaria de Estado, que está de visita en Beijing. Días atrás, la funcionaria había dicho que contaba con el beneplácito chino –y también el ruso– para impulsar sanciones contra Irán.
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban ki-Moon, reconoció ayer que existen sobradas pruebas de que Corea del Norte hundió el buque y que esa evidencia es “abrumadora y profundamente inquietante”. El jefe máximo de la ONU no dudó en reclamar que el Consejo de Seguridad adopte las “medidas apropiadas para la gravedad de la situación”. Y Francia se sumó al pedido de sanciones. “Francia respalda a sus socios en el Consejo de Seguridad para que esta agresión no quede impune”, señaló un comunicado del Ministerio de Exterior galo.
El gobierno de Kim Jong Il amenazó la semana pasada con una “guerra total” si era castigado por el caso de la fragata Cheonan. Ayer, la poderosa Comisión Nacional de Defensa norcoreana criticó el discurso de Lee como una “burda farsa”, tal como publicó la agencia de noticias oficial KCNA.
Esta semana ha sido la más encendida en el conflicto que tomó nuevo ímpetu en 2009 con el anuncio de Norcorea de que abandonaría el armisticio que en 1953 puso fin a la guerra entre los dos países. La decisión del año pasado de Pyongyang se precipitó tras la adopción por parte del Consejo de Seguridad de sanciones tras un ensayo nuclear. Una situación similar quedó planteada en estos días y la península sigue en estado de alerta.
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