EL MUNDO › LA POLICíA REPRIME LA REVUELTA DESATADA EN TORNO DE UN CAPO NARCO
Las víctimas ya superan las 60, pero oficialmente se reconocen 29. Los choques entre pandilleros y la policía comenzaron cuando el gobierno anunció la captura y posterior extradición de Christopher “Dudus” Coke.
Los muertos ya superan los 60 en Jamaica, según fuentes del principal hospital de Kingston. Oficialmente el gobierno laborista de Bruce Golding seguía hablando de 26 civiles muertos y tres víctimas de las fuerzas de seguridad; sin embargo, los medios internacionales pudieron confirmar que tres camiones llenos de cuerpos llegaron a la morgue en el hospital público de la capital. La mayoría, con heridas de bala. A la madrugada, cuando llegó el primer camión, toda la tensión se trasladó a ese lugar. Los seguidores del presunto capo narco, Christopher “Dudus” Coke, intentaron acercarse a los cadáveres, presuntamente familiares y amigos suyos que cayeron en los enfrentamientos con los policías y militares, pero no les permitieron pasar a la morgue. En medio de la tensión, la bronca y la tristeza, se desató uno de los tantos tiroteos de la jornada. “Las pandillas están atacando el hospital. Hay disparos”, denunció un hombre que pasaba cerca de allí.
Al mismo tiempo, varios vuelos que llegaban y salían del país fueron cancelados y el acceso al aeropuerto era intermitente, debido a los recurrentes choques entre la policía y los militares y los hombres y mujeres que defienden a muerte a Dudus. Después de tres días de violencia desaforada, miles de vecinos de los barrios más humildes de la capital jamaiquina demostraron una devoción total por el empresario y presunto jefe narco, según los informes de inteligencia de Estados Unidos. “Jesús murió por nosotros y nosotros moriremos por Dudus”, prometía una mujer de unos 40 años sobre un pedazo de cartón durante una manifestación en el barrio de Tivoli Gardens la semana pasada.
El gobierno laborista de Golding había decretado la extradición del amado Dudus a Estados Unidos y había ordenado su captura, cueste lo que cueste, caiga quien caiga. Antes de que arrancara la casería, los habitantes de Tivoli Gardens habían dado el alerta. “Después de Dios, Dudus”, aseguraba otro cartel improvisado. Pero de todas maneras la policía y los militares se lanzaron a la búsqueda y los enfrentamientos surgieron de inmediato.
Ya van tres días y más de 60 muertos. La embajada norteamericana cerró sus puertas y declaró un alerta para todo el país. El gobierno de Golding decretó el estado de sitio para los próximos 30 días y le pidió apoyo al Departamento de Estado estadounidense, quien prometió colaborar en todo lo necesario, inclusive aportando chalecos antibalas, un bien escaso por estos días entre las fuerzas de seguridad jamaiquinas.
Pero la resistencia de los habitantes de Tivoli Gardens no cede y los que conocen bien Jamaica pronostican que no cederá fácilmente. “Son como padrinos, son los que proveen seguridad en los barrios”, explicó al diario The New York Times Victor Cummings, ex legislador del Partido Nacional Popular. Cummings está familiarizado con el tema. Su hermano quedó preso hace unos años, condenado por los mismos delitos que se le adjudican a Dudus. Se los conocen como los Don, capos que controlan una zona de la capital y del resto de la isla. Garantizan la paz social a través de asesinatos y beneficencia; hacen desaparecer a su competencia y sus detractores, y les pagan las deudas y las cuentas de hospital a los más pobres. “Está institucionalizado. Todos los políticos saben qué Don controla su área. Si uno quiere ser elegido, tiene que conocerlos y necesita de su apoyo”, reconoció Cummings. Y Christopher “Dudus” Coke, el hombre más buscado del momento, no es la excepción.
El padre de Dudus también era un reconocido Don de Kingston y también era reclamado por la Justicia estadounidense. Y como su hijo ahora, también estaba apoyado políticamente. Cuando apareció muerto en forma misteriosa en 1992, el entonces líder del Partido Laborista presidió su funeral. Desde entonces, el vínculo entre la familia Coke y el laborismo es un secreto a voces en la pequeña isla al sur de Cuba y Haití. La Justicia estadounidense reclamó a Dudus por primera vez en agosto de 2009, por cargos de narcotráfico, homicidio y tráfico de armas. Según el expediente que presentaron al gobierno jamaiquino el hombre de 41 años sería responsable de más de 1400 asesinatos en la isla y en Estados Unidos y sería un reconocido dealer de marihuana y crack.
El premier tardó en acceder al reclamo de su principal aliado internacional. Golding es laborista y había mantenido una convivencia más que pacífica con Dudus y su pandilla, Showe Posse. En los papeles Dudus es un empresario respetable; dirige una consultora que a través de los años consiguió contratos millonarios con el actual gobierno laborista.
Pero Golding tomó una decisión la semana pasada. “Habrá un cambio profundo, para nosotros como nación, en la forma en que enfrentamos a los poderes del mal que tanto han penalizado a la sociedad y nos han hecho ganar el rótulo de la capital mundial de los asesinatos”, había anunciado el premier el domingo pasado. Minutos después los disparos comenzaron y aún siguen resonando.
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