EL MUNDO
Cómo le hablará Lula al Tío Sam
El canciller brasileño Celso Amorim dijo que su gobierno no quiere enfrentar al ALCA, sino más bien “negociar con cautela”.
El diplomático Samuel Pinheiro Guimaraes había sido destituido de la Cancillería brasileña por su postura férreamente crítica contra el ALCA durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Ahora, en el flamante gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, volvió como el número dos del Palacio de Itamaraty. Por eso, para disipar posibles tensiones, el canciller Celso Amorim declaró en una entrevista con el diario Estado de Sao Paulo que “no se puede dejar de dialogar con un país como Estados Unidos”, pero aclaró que las negociaciones “deben realizarse con cautela”. José de Barros Dutra, uno de los líderes del Partido de los Trabajadores (PT), fue confirmado ayer como nuevo presidente de Petrobras por el Consejo de Administración de la empresa.
Barros Dutra es hermano de Olivio Dutra, ex gobernador petista de Rio Grande do Sul, tiene 46 años y es de profesión geólogo. Su militancia política comenzó en el sindicalismo en la década del ‘70, y lo llevó a ocupar cargos directivos dentro del PT y distintos roles en el Parlamento brasileño, entre ellos el de líder del bloque de oposición hasta 2001. Al asumir su nuevo cargo, Barros Dutra aseguró que las bases de la actuación internacional de Petrobras “serán mantenidas”. En ese sentido, adelantó que la petrolera enfatizará “la prioridad del nuevo gobierno para con América Latina”, y buscará “una presencia más fuerte en Africa”. Petrobras ya acordó el envío de técnicos para ayudar a la reactivación de Petróleos de Venezuela (PDVSA), a pedido del presidente venezolano Hugo Chávez al propio Lula, el día después de su asunción.
Por su parte, Celso Amorim se refirió a la relación que mantendrá el gobierno de Lula con Estados Unidos. “Dado que Estados Unidos es la potencia dominante en el mundo, que guste o no, Brasil tendrá que mantener el diálogo bilateral si quiere tener alguna influencia en la realidad internacional, en todos sus frentes y no sólo el comercial”, declaró. “No se puede dejar de dialogar con un país con el poder de Estados Unidos y más si se tiene en cuenta que tenemos intereses comunes como la eliminación de los subsidios agrícolas de la Unión Europea”, manifestó el nuevo canciller, que ya ocupó la jefatura de la diplomacia brasileña en el gobierno de Itamar Franco (1992-94).
Sobre el ALCA y el Mercosur, el ministro señaló que la política de negociaciones comerciales está bien definida en el discurso del nuevo gobierno. La cuestión para el gobierno de Lula es cómo se establece la relación entre el Mercosur, que es la piedra angular de su política exterior, y el ALCA. En primer lugar, el nuevo gobierno quiere analizar la oferta que debe presentar el Mercosur para la reducción de aranceles en el ALCA. Luego, existe una propuesta de algunos miembros del PT de promover un acuerdo bilateral del Mercosur con Estados Unidos. Sobre este punto, Amorim dijo que todavía no hay nada definido, pero le preocupa que las preferencias comerciales negociadas por Brasil y el Mercosur en el ámbito de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) se vean socavadas por una negociación bilateral de Estados Unidos con cada socio del ALCA.
El ministro sí criticó “el plazo incómodamente corto y estrecho del ALCA”, pero recalcó que eso no significa una oposición frontal al proyecto, dado que el negociador jefe seguirá siendo el embajador en Estados Unidos Clodoaldo Hugueney, y no Pinheiro Guimaraes.