EL MUNDO › WIKILEAKS DIFUNDIó 250 MIL DOCUMENTOS QUE DEJAN AL DESCUBIERTO EL ACCIONAR DE LA DIPLOMACIA NORTEAMERICANA EN EL MUNDO
El sitio web accedió al material y lo cedió a algunos diarios europeos y uno norteamericano. Los cables secretos revelan la obsesión con Irán. Quedaron a la luz casos de espionaje, maniobras oscuras y corrupción. Y bochornosos comentarios sobre líderes mundiales.
Más de 250 mil documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano quedaron al desnudo, lo que representa la mayor filtración de ese tipo en la historia de filtraciones de información. El sitio web Wikileaks accedió al material y lo adelantó a un puñado de medios, que enseguida se hicieron eco de la noticia en sus páginas web, generando un sacudón al establishment diplomático norteamericano. La mayoría de los cables datan de los últimos tres años hasta el pasado febrero y desvelan el juego de relaciones con muchos países, los intentos de aislar a Venezuela, la obsesión con Irán, la búsqueda de Al Qaida en la Triple Frontera, el espionaje al secretario general de la ONU, además de dejar al descubierto bochornosos comentarios sobre los más variados líderes del mundo.
Wikileaks distribuyó esa sensible información secreta al diario español El País, al británico The Guardian, el estadounidense The New York Times, el francés Le Monde y a la revista alemana Der Spiegel. El Departamento de Estado, que mostró preocupación en estos días por lo que esta fuga de datos podría causar a los intereses del gobierno de Barack Obama, acordó con los medios que no revelaran determinada información que ponga en peligro a las fuentes protegidas o a personas cuya vida podría verse amenazada. El lógico interrogante que se abre ahora es cuánto de lo importante saldrá a la luz.
El diario El País habló en su edición de Internet de los “esfuerzos” de la diplomacia norteamericana “por cortejar a países de América latina para aislar al venezolano Hugo Chávez”. Y destacó documentos de valor histórico, como el que revela la apuesta de la diplomacia estadounidense por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega o el que detalla ciertos movimientos de Estados Unidos durante el golpe contra Manuel Zelaya en Honduras.
Washington pidió a sus diplomáticos en 2008 investigar la posible presencia de Al Qaida y otros “grupos terroristas” islamistas en Paraguay, en la zona de la Triple Frontera con Argentina y Brasil, según los documentos develados. Washington quería información no sólo de la posible presencia de la guerrilla libanesa Hezbolá o la facción islamista palestina Hamas, sino también de Al Qaida y “agentes estatales iraníes”, según el texto divulgado por Wikileaks.
El cometido de algunas embajadas es casi policial y la de Asunción debió acumular datos físicos de los candidatos a la presidencia en las elecciones de 2008. Un despacho recaba los datos biométricos, huellas digitales, fotos y hasta escáneres de iris de Blanca Ovelar, Lino Oviedo y el hoy presidente Fernando Lugo.
La preocupación que genera el programa nuclear iraní entre los países árabes, incluida Arabia Saudita, es tal que estos gobiernos le suplicaron a Estados Unidos que “aplastara ese programa mientras aún haya tiempo”, revelan los cables diplomáticos estadounidenses en manos de los medios a los que les llegó la información. Según publicó The New York Times ayer, el rey Abdulá de Arabia Saudita imploró a Washington que “cortara la cabeza de la serpiente”. Esa petición tuvo lugar en una conversación en 2008 con el entonces embajador norteamericano en Irak, Ryan Crocker, y con el general David Petraeus, quien estaba a cargo de las tropas de su país en Irak y actualmente es comandante en jefe de las tropas aliadas en Afganistán. Los Emiratos Arabes Unidos llegaron a plantear que “una guerra convencional ahora sería preferible a un Irán nuclear”.
Otro cable señala cómo el rey Hamad bin Isa al Khalifa de Bahrein, donde Estados Unidos mantiene la base de su V Flota, insiste a Washington que el programa nuclear iraní “debe ser detenido”. “El peligro de permitir que continúe es mayor que el peligro de atajarlo”.
Los mensajes exponen también cómo evalúa Estados Unidos el programa nuclear iraní y revelan la creencia de Washington de que Teherán ha obtenido misiles norcoreanos avanzados que podrían atacar capitales de Europa Occidental o Moscú y ayudarle a desarrollar misiles de largo alcance aún de mayor capacidad.
Los archivos revelan un plan de inspiración estadounidense para que Arabia Saudita ofreciera suministro de petróleo a China, de modo que Pekín tuviera una alternativa al flujo de crudo que recibía de Teherán. A cambio, Riad “insistió en compromisos a prueba de bomba de que Pekín se sumaría a las sanciones contra Teherán”, describe.
Estados Unidos ordenó a sus diplomáticos que jueguen un mayor papel en la recolección de inteligencia y realicen tareas de espionaje, como obtener números de tarjetas de crédito o de pasajero frecuente de líderes extranjeros. The New York Times indicó que un cable firmado por Clinton requiere a sus funcionarios en la ONU que obtengan “información biográfica y biométrica de los principales diplomáticos de Corea del Norte”.
La orden secreta para obtener “inteligencia humana nacional” fue enviada a las misiones de Estados Unidos en Viena, Roma y 33 embajadas y consulados. Según uno de los cables, el Departamento de Estado instruyó el año pasado a sus diplomáticos en Naciones Unidas y en algunos países a que desarrollen una labor de espionaje sobre esa institución. Las prioridades para la investigación en la ONU son: Darfur, Sudán, Afganistán, Pakistán, Somalía, Irán y Corea del Norte, seguidas por la reforma del Consejo de Seguridad, Irak, el proceso de paz en Medio Oriente, entre otros asuntos. No se salvó ni el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
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