Lunes, 10 de enero de 2011 | Hoy
EL MUNDO › EN JERUSALéN ESTE, PARA CONSTRUIR MáS CASAS EN LOS ASENTAMIENTOS
Tres topadoras israelíes demolieron ayer una gran parte de un hotel palestino histórico, en Jerusalén Este, para continuar con su plan de edificación de una veintena de nuevas casas destinadas a la población judía. El proyecto de construcción es condenado internacionalmente. La demolición del edificio palestino fue rechazada, también, por la Unión Europea y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, por considerar que la actitud atenta contra el diálogo de paz entre Israel y la Autoridad Palestina.
Las maquinarias ingresaron al terreno del viejo y vacío Hotel Shepherd poco después de las 6.30 de la mañana de ayer, y empezaron a destruir el ala principal del edificio, cercano al consulado de Gran Bretaña en el distrito de Sheikh Jarrah. La demolición se realizó a nombre de Inving Moskowitz, un norteamericano millonario que compró la propiedad en 1985 y recién el año pasado obtuvo el permiso municipal para construir casas. En aquel entonces, el gobierno del presidente estadounidense Barack Obama desaprobó la decisión. El director de la organización no gubernamental Peace Now (Paz Ahora), Yariv Oppenheimer, denunció públicamente que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el funcionario de Jerusalén, Nir Barkat, autorizaron a Moskowitz y a la “extrema derecha” a ocupar el territorio en disputa.
Se trata del último movimiento de expansión de asentamientos judíos en Jerusalén Este, territorio unilateralmente anexado en 1967 por Israel luego de su victoria en la Guerra de los Seis Días y requerido por los palestinos como capital de su futuro Estado. El crecimiento de los asentamientos israelíes en Jerusalén Este ha sido una traba en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Un grupo de israelíes de izquierda se manifestaron en Sheikh Jarrah, en repudio a los desalojos de familias palestinas que se realizaron para que ese crecimiento de los asentamientos pudiera llevarse a cabo. Tal expansión, al igual que el anexamiento de Jerusalén Este en sí, es considerado ilegal por la mayoría de la comunidad internacional.
El canciller británico, Alistair Burt, condenó ayer la demolición, a la que consideró como “una acción provocativa unilateral” que dificulta los esfuerzos realizados para llevar a cabo las negociaciones de paz. El gobernador palestino en Jerusalén, Adnan Husseini, sostuvo que la demolición fue demasiado peligrosa y agregó: “Están destruyendo la historia, la memoria y los sentimientos del pueblo palestino”.
Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó la demolición ya que aseguró que socavará el proceso de paz israelo-palestino. “Estamos muy preocupados ante el inicio de demolición del Hotel Shepherd en Jerusalén Este”, afirmó Clinton tras llegar a Abu Dhabi, en la madrugada del lunes, para mantener conversaciones sobre el estancado proceso de paz en Medio Oriente.
La jefe de la diplomacia europea, Catherine Ashton, también expresó su repudio a la iniciativa israelí: “Condeno con firmeza la demolición del hotel y la construcción de una nueva colonia ilegal. Las colonias (judías) son ilegales y constituyen un obstáculo para la paz”, dijo Ashton. En tanto, el vocero de la Autoridad Palestina, Nabil Abu Rudeina, sentenció: “Israel arruinó todos los esfuerzos estadounidenses y puso fin a cualquier posibilidad de reanudar las negociaciones”.
El edificio fue originalmente construido en los años ’30 por un alto funcionario de la religión musulmana, Amin Husseini, un pariente del gobernador cuya familia aún reclama la propiedad. La construcción fue regenteada como hotel en 1948, bajo el gobierno de Jordania. Luego de 1967, fue tomado por el Estado de Israel y vendido bajo “la ley de ausencia de propiedad”.
La titular del partido de derecha en la municipalidad de Jerusalén, Elisha Peleg, sostuvo que la destrucción del edificio “fortalecerá la presencia israelí en el distrito”, y agregó que más que proyectos de casas, lo que Israel necesita es “prevenir la división de la ciudad y el mantenimiento de su unidad”.
Sin embargo, el jefe palestino de la negociación con Tel Aviv, Saeb Erekat, advirtió que no habría ninguna negociación con Israel mientras esa clase de proyectos de edificación continúe.
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