EL MUNDO › TRAS LOS NUEVOS REQUISITOS MIGRATORIOS IMPUESTOS POR DINAMARCA
En una reunión especial, los ministros del Interior de los países signatarios del Tratado de Schengen (que garantiza la libre circulación entre los países firmantes) se reunieron ayer en Bruselas para analizar un endurecimiento de las reglas del acuerdo para reinstaurar, de forma extraordinaria, los controles fronterizos.
Al menos quince ministros del Interior de la UE se mostraron a favor de un “ajuste” de las normas del Tratado de Schengen, para endurecerlas. El objetivo es combatir mejor la entrada a Europa de inmigrantes ilegales, tal como pidieron Francia e Italia, secundados por el Ejecutivo comunitario, sobre todo ante el temor de nuevas avalanchas migratorias procedentes del norte de Africa, tras la denominada “primavera árabe”.
En este sentido, los extranjeros que lleguen en situación ilegal a Francia podrán ser expulsados con mayor facilidad en el futuro, según una ley aprobada anoche por el Parlamento francés tras meses de deliberaciones. Los inmigrantes que lleguen en embarcaciones a las costas francesas permanecerán en una “zona de espera” creada con tal propósito, lo que significa que legalmente no pisarán suelo francés y podrán ser repatriados con mayor facilidad.
No obstante, entre los ministros europeos quedó claro que ese hipotético retorno puntual a los controles fronterizos, justo lo contrario a lo que preconiza Schengen, sólo debería aplicarse en circunstancias de excepción. Alemania y Austria dejaron en claro que les corresponde ahora a los jefes de Estado y gobierno de la UE tomar una decisión final sobre ese futuro endurecimiento de las normas que, a la postre, equivaldrían a hacer menos permeables las fronteras de Europa, especialmente a los extracomunitarios. Numerosos socios de la UE no se pronunciaron abiertamente en la reunión de ministros de ayer sobre la modificación. Chipre, por ejemplo, fue un caso aparte, pues fue el único que se opuso tajantemente a tocar el texto de Schengen.
En la reunión de Bruselas, no obstante, prevaleció la voluntad de conservar la libertad de movimientos en la zona Schengen, una de las libertades fundamentales consagradas en los tratados de la Unión Europea. Según informaron fuentes diplomáticas, una primera evaluación de la reinstauración ayer de los controles fronterizos por parte de Dinamarca, especialmente en su frontera con Alemania, indica que el país nórdico no violó las normas europeas. “Parece que cumple con el sistema de Schengen”, comentó un diplomático que pidió el anonimato, refiriéndose a la postura danesa.
No obstante, un portavoz de la Comisión Europea aseguró que el Ejecutivo de Bruselas sigue a la espera de recibir “más elementos precisos de aclaración” por parte de Copenhague antes de pronunciarse. Al mismo tiempo, el portavoz de Bruselas reiteró que la UE no aceptará ningún “paso atrás” en el derecho a la libertad de movimientos en el espacio europeo.
El ministro de Inmigración danés, Soren Pind, defendió enérgicamente en el inicio de la reunión la medida de reinstauración de controles fronterizos y dijo que cumplen con lo estipulado en el Tratado de Schengen. “No vamos a cerrar las fronteras”, expresó.
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