Un nuevo viernes de protestas en Siria contra el régimen de Al Assad dejó ayer tres muertos en la ciudad de Homs y en Al Qabun. El director de la Organización Nacional Siria de los Derechos Humanos (Onsdh), Ammar Qurabi, afirmó que las tres víctimas murieron por disparos de las fuerzas de seguridad, en un intento por impedir la celebración de manifestantes.

Como de costumbre desde que comenzaran las manifestaciones contra el presidente, miles de activistas se lanzaron a las calles en varias ciudades de Siria, en lo que ya se conoce como los Viernes de los Libres. Luego del rezo musulmán del mediodía, comenzaron las protestas en Damasco y en ciudades como Hama, Homs, Idlib y Deir el Zur.

Las fuerzas de seguridad reprimieron en el barrio de Al Mohayerin, en Damasco, donde se arrestó a varias personas. En la ciudad de Daria, al este de la capital, lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, de acuerdo con la red opositora Flash. Miles de kurdos y cristianos sirios salieron a las calles en las ciudades de Amuda, Ras Al Rais, Derbassieh y Ain Al Arab. El secretario general del partido kurdo Jakiti, Ismail Hami, dijo que “los kurdos amplían su participación en las manifestaciones por la libertad al lado de sus hermanos sirios”.

Los kurdos son la segunda minoría étnica de Siria y representan a un 10 por ciento de la población. La comunidad es discriminada en varios ámbitos. Recientemente Al Assad había intentado hacerse con el apoyo de los kurdos, otorgándoles la nacionalidad siria en el punto elegido de la primera ola de protestas. Los kurdos eran hasta entonces apátridas y casi no tenían derechos.

Bashar Al Assad había ordenado no abrir fuego contra los manifestantes luego de que las tropas desplegaron sus tanques en varias ciudades al Sur del país. “Se han dictado órdenes presidenciales definitivas para no disparar contra los manifestantes, y quien quiera que lo viole correrá con toda la responsabilidad”, explicó la portavoz del régimen y asesora presidencial, Buthaina Shaaban.

El presidente ha prometido reformas, a la vez que los tanques han ido tomando posiciones y en muchas ocasiones abriendo fuego contra la propia población. Sin embargo, en los últimos días el régimen comenzó a negociar con disidentes en intentos desesperados por poner fin a dos meses de protestas masivas. La portavoz presidencial, Buthaina Shaaban, recibió en los últimos días a cuatro conocidos intelectuales opositores que habían sufrido medidas represivas.