Jueves, 6 de octubre de 2011 | Hoy
EL MUNDO › FUE LA QUINTA HUELGA EN CONTRA DE LOS DESPIDOS
Miles de trabajadores, jubilados y estudiantes se congregaron en la plaza con carteles que decían “Borren la deuda” y “Los ricos deben pagar” frente al Parlamento. La policía detuvo a varios manifestantes.
Fuertes enfrentamientos se registraron ayer en el centro de la capital de Grecia entre manifestantes y fuerzas de seguridad, en otra jornada de huelga por las medidas de ajuste. Se trata del quinto paro nacional en contra de los recortes salariales y despidos recomendados por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota. Miles de trabajadores griegos interrumpieron sus labores por 24 horas y marcharon hacia el Parlamento. La policía reprimió con gases lacrimógenos. Los manifestantes, a su vez, lanzaron piedras tras arrancar los adoquines de mármol de la plaza Syntagma. Los agentes antidisturbios los persiguieron por toda la plaza y calles aledañas. Según la policía, al menos dos agentes y dos civiles fueron heridos y arrestaron a 12 personas. Miles de jubilados y estudiantes se congregaron pacíficamente con carteles que decían “Borren la deuda” y “Los ricos deben pagar”. Muchos manifestantes llevaban pancartas con la leyenda “Buscado”, con la fotografía del primer ministro Giorgos Papandreu.
La protesta se llevó a cabo en la plaza frente al Parlamento, donde los diputados debatían la celebración de un referéndum en respuesta a la crisis fiscal del país. Algunos manifestantes intentaron irrumpir en la sede del Ministerio de Economía, rompiendo los cristales de la puerta de entrada. Las peleas esporádicas entre los policías y los jóvenes se prolongaron durante horas. “Tanto el gobierno como los expertos internacionales están alienando Grecia con sus políticas, como los recortes de pensiones y salarios y las subidas de impuesto que ya no pueden afrontarse”, dijo Ilias Vretakanos, vicepresidente del sindicato público Adedy.
La medida de fuerza dejó aviones sin despegar, servicios de trenes paralizados y oficinas de Hacienda cerradas. Además, los hospitales funcionan con el personal mínimo y algunos colegios públicos no abrieron sus puertas. El tráfico aéreo estaba suspendido debido a la huelga de los controladores aéreos prevista hasta hoy. Todos los vuelos a Grecia fueron suspendidos. Sin embargo, no se vieron muchos pasajeros varados ya que las compañías aéreas informaron a tiempo a sus clientes.
Los trenes también pararon desde la medianoche y los conductores de colectivos dejaron de trabajar durante tres horas por la mañana y lo harán otras tres por la noche.
Además de Atenas, en otras ciudades también se realizaron manifestaciones que fueron reprimidas violentamente por la policía. En la ciudad portuaria de Salónica, 4000 personas salieron a la calle y en Kalamata y Patra, al sur y oeste, empleados bloquearon con camiones la retirada de basura en las calles centrales durante tres horas.
El gobierno planea el despido de unos 30.000 empleados públicos en un programa de ajustes que prevé un ahorro de otros 6500 millones de euros en los próximos meses. Grecia depende de las ayudas de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional, que decidirán en breve sobre la concesión del siguiente tramo del paquete de rescate al país heleno. Los créditos tienen como condición un duro programa de ajustes. Los principales sindicatos griegos, que representan a cerca de la mitad de los cinco millones de trabajadores que hay en el país, realizaron numerosas huelgas desde que Atenas pidió a la UE y el FMI un rescate de 110.000 millones de euros el año pasado. Tras la jornada de ayer convocaron a una huelga general para el próximo 19 de octubre. Serán de esta partida sindicatos de la Policía, Bomberos y la Guardia Costera. Se sumarán además empleados de empresas de servicios públicos a punto de ser privatizadas, como los trabajadores de los puertos de Pireo y Salónica y los de la Corporación Eléctrica Pública.
Desde Bruselas, un funcionario del FMI dijo que el segundo plan de salvataje para Grecia se debe revisar, ya que es preciso concentrarse más en la sustentabilidad de la deuda y el relanzamiento del crecimiento. El director europeo del FMI, Antonio Borges, destacó que no es urgente darle dinero a Grecia, ya que ahora no lo necesita.
“Tenemos tiempo para hacer nuestras evaluaciones”, dijo sobre las medidas tomadas antes de dar luz verde al sexto tramo de ayudas por 8000 millones de euros, de los 110.000 millones acordados durante el primer rescate a cambio de un ajuste fiscal severísimo que generó las protestas de la población. En Bruselas, donde se reunió con el presidente de la Comisión Europea, José Durao Barroso, la canciller alemana Angela Merkel dijo que Grecia debe permanecer en la Zona Euro y precisa ayuda para retomar el crecimiento.
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