EL MUNDO › POR VIGéSIMA VEZ CONSECUTIVA, CUBA DENUNCIARá ANTE LA ONU EL EMBARGO QUE LE APLICA ESTADOS UNIDOS
Página/12 accedió al informe que el gobierno de Raúl Castro presentará el próximo martes 25 ante la Asamblea General de Naciones Unidas. El texto describe los antecedentes y las consecuencias de la política de Washington.
› Por Gustavo Veiga
En el umbral de cumplir su medio siglo, el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba será denunciado por vigésima vez consecutiva ante la ONU. El 3 de febrero de 1962, mediante la proclama 3447, el gobierno de John F. Kennedy daba inicio a esa política que La Habana define como “absurda, ilegal y moralmente insostenible”. Uno de los párrafos más críticos del documento señala que “transcurridos más de dos años de una administración demócrata que pretendió impactar al mundo con un discurso de cambio y renovación, la política de los Estados Unidos contra Cuba se ha caracterizado por un recrudecimiento de la dimensión extraterritorial del bloqueo”.
El embajador cubano en la Argentina, Jorge Lamadrid Mascaró, difundirá hoy en una conferencia de prensa el informe de 35 carillas que describe en detalle los antecedentes históricos y las consecuencias del cerco a la isla. Desde su imposición y hasta diciembre pasado, el bloqueo ocasionó 104 mil millones de dólares en pérdidas, según los cálculos más conservadores.
El gobierno de Raúl Castro sostiene que Washington ahora busca “impedir y obstaculizar la presencia de compañías extranjeras interesadas en la exploración de petróleo en la zona económica exclusiva” de la isla. Cita en su informe que el senador de Florida Bill Nelson le reclamó a la Secretaría de Estado el 19 de mayo que intervenga “ante el gobierno español para que la petrolera Repsol paralice las prospecciones que planea realizar en Cuba” y responsabiliza en el mismo sentido a una gestión que realizó en Madrid, Ken Salazar, secretario del Departamento del Interior estadounidense. “Compañías de terceros países que tienen vínculos comerciales con Cuba son objeto de persecución, amenazas y sanciones por parte de las autoridades del gobierno de los Estados Unidos en cualquier rincón del mundo, con independencia de su origen, su patrimonio, de si tienen vínculos o no, con los Estados Unidos”, describe del proyecto de resolución cubano que será sometido a votación en la Asamblea General de la ONU el martes 25 de este mes.
Respecto del libre tránsito de las personas, puntualiza que “el derecho constitucional de los ciudadanos norteamericanos a viajar libremente continúa siendo una quimera en el siglo XXI. Ellos siguen siendo los únicos en todo el mundo a quienes se les prohíbe visitar Cuba”. Las medidas también afectan a los empresarios de terceros países que inviertan o hagan negocios con La Habana: van desde la negativa a otorgar visas a las acciones legales ante tribunales estadounidenses.
“La persecución y el acoso –dice el informe– han alcanzado niveles demenciales.” Menciona Cuba que en 2010 se multó al banco holandés ABN Amro en 500 millones de dólares por realizar operaciones financieras con ciudadanos cubanos. Pero hay un caso que causa estupor, por la organización de que se trata. Es el de la sanción aplicada por EE.UU. a la Unión de Crédito Federal de Naciones Unidas (Unfcu), una institución cooperativa, sin fines de lucro, que atiende las necesidades financieras del personal de las Naciones Unidas, sus organismos especializados, los ex funcionarios internacionales y sus familias. Tiene miembros en poco más de doscientos países. La multaron en 500 mil dólares por concretar operaciones no autorizadas en las que Cuba tenía intereses.
Del texto se desprende que la nación caribeña continúa sin poder exportar e importar productos y servicios hacia o desde los EE.UU., está imposibilitada de utilizar el dólar en las transacciones internacionales que realiza y tampoco puede tomar créditos del FMI, el Banco Mundial o el BID. Los perjuicios más notorios que el bloqueo le ocasiona a Cuba se extienden a las áreas de salud, alimentación, educación y turismo.
Algunos ejemplos son: en enero de 2011, según La Habana, “el gobierno de los Estados Unidos incautó 4.207.000 dólares del financiamiento del Fondo Mundial de lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria para la ejecución de proyectos de cooperación con Cuba...” El hospital Frank País, especializado en ortopedia y traumatología, tuvo que apelar a otros mercados por la negativa de la compañía californiana Amron, a entregar los elementos para el mantenimiento cada tres años de una cámara hiperbárica que les permite a sus pacientes respirar oxígeno puro. La industria turística cubana, según empresas norteamericanas del rubro, perdió ingresos por 1668 millones de dólares en 2010 debido a la prohibición de viajar a la isla que pesa sobre los ciudadanos de Estados Unidos. Cuba Export vio congelados sus fondos porque dos clientes europeos pagaron por error con dólares en lugar de euros, unas 140 toneladas de miel a granel. La isla obtuvo un abrumador respaldo a su iniciativa en las diecinueve votaciones anteriores registradas en la ONU. En la última, el año pasado, se condenó el bloqueo por 187 votos contra apenas 2, los de Estados Unidos e Israel. Hubo tres abstenciones de países como Islas Marshall, Micronesia y Palau que mantienen tratados de libre asociación con el gobierno de Washington.
En esta oportunidad, el informe que elaboró Cuba atribuye al presidente de Estados Unidos una posición de mayor dureza respecto de sus antecesores en el cargo: “El 2 de septiembre de 2010 el presidente Obama anunció la extensión de la Ley de Comercio con el Enemigo, que supone en la práctica la continuación del bloqueo a Cuba. En un memorando suscrito por el presidente a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al titular del Tesoro, Timothy Geithner, se afirma que ‘la continuación de estas medidas referentes a Cuba conviene a los intereses nacionales de Estados Unidos’”. No existe norma que refrende el bloqueo en tiempos de paz. Desde 1909, en la Conferencia Naval de Londres, quedó definido como principio del derecho internacional que el “bloqueo es un acto de guerra” y su empleo sólo sería posible únicamente entre naciones que sostengan un conflicto bélico. Por eso, en el texto que será sometido a votación en la ONU, Cuba exige que Estados Unidos “debe levantarlo sin más demora y de manera incondicional”.
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