Tras el anuncio del cese definitivo de la lucha armada que ETA dio ayer, algunas voces en España festejaron la noticia y otras advirtieron sobre el peligro que aún representa el grupo separatista vasco.

En una breve aparición en La Moncloa, el primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero atribuyó el final de la ETA al esfuerzo de todos los gobiernos democráticos, las Fuerzas de Seguridad, la colaboración internacional y la unidad de los partidos. “Creo que es justicia recordar a esta hora el trabajo de los distintos ministros del Interior y en particular de quienes me han acompañado en esta etapa”, dijo. El candidato a la sucesión por el PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que el próximo gobierno gestionará la solución para los presos políticos y clandestinos. “Ahora la ETA no es protagonista sino el estado de derecho.”

Por su parte, el líder del PP, Mariano Rajoy, valoró positivamente el cese de la violencia etarra y atribuyó su final a la presión política, judicial y social. Los sindicatos UGT y Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) también saludaron el anuncio. “Esperamos ahora que las fuerzas políticas y los poderes públicos sepan estar a la altura”, dijo en un comunicado la CCOO.

Lejos de celebrar la noticia, el eurodiputado del Partido Popular, Carlos Iturgáiz, describió al comunicado como el precio que paga la ETA al gobierno por negociar. Según Iturgáiz, el grupo separatista vasco se siente fuerte porque colocó a su brazo político en las instituciones y puede refinanciarse y reorganizarse si lo desea. Bildu probó sin embargo no tener lazos con la ETA. Además dijo que se beneficia a Rubalcaba de cara a las elecciones de noviembre. “En este comunicado, la ETA no dice que se disuelva, ni que abandone las armas, sino que sigue siendo la espada de Damocles, porque no ha dicho dónde tiene sus arsenales. Tiene una bala en la recámara”, graficó el conservador.

En ese sentido se expresaron asociaciones de víctimas del terrorismo, quienes calificaron al comunicado de fraude, ya que esperaban un anuncio con la disolución unilateral. “Era muy fácil decir que se disolvían, que entregaban las armas, que pedían perdón a las víctimas y que cumplirían con la Justicia. Esto sí habría sido una buena noticia”, dijo la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Angeles Pedraza. Antonio Salvá, padre de uno de los dos guardias civiles asesinados en Palmanova el 30 de julio de 2009, dijo no creer que el grupo haya declarado un cese definitivo de su actividad armada hasta que no deje las armas completamente. Además pidió a la ETA que se disculpe ante las víctimas, con el fin de cerrar el ciclo.

Mikel Buesa, hermano de Fernando Buesa y dirigente del PSE asesinado por la ETA en 2000, dijo que el comunicado no es irrelevante, aunque tampoco implica el fin del terrorismo.

Para Barbara Durkhop, viuda del socialista Enrique Casas, asesinado por ETA en 1986, el comunicado supone que el grupo separatista se dio cuenta de que su organización no tiene futuro. El dirigente socialista vasco y víctima de ETA, Eduardo Madina, que sufrió la amputación de una pierna por una bomba lapa debajo de su coche, mostró su alegría por el anuncio en su cuenta de Twitter: “Se agolpan en mi cabeza miles de instantes. Se acabó, lo hemos conseguido. Viviremos en una sociedad libre. Gracias por todo”, escribió. “Ahora, las víctimas tendrán la seguridad de que no rememorarán su tragedia en nuevas tragedias”, dijo la Coordinadora Gesto por la Paz.