EL MUNDO › EL PAPA ELIGIó A VEINTIDóS NUEVOS CARDENALES EN CLAVE PRIMERMUNDISTA
Benedicto XVI, fiel a su perspectiva eurocéntrica, afianzó aún más el poder de Europa y América del Norte, regiones donde porcentualmente hay menos católicos, en desmedro de América latina y Africa.
› Por Washington Uranga
La “creación” (tal como se llama en la jerga eclesiástica) de 22 nuevos cardenales en la Iglesia Católica Romana, hecho concretado en el último fin de semana por el papa Benedicto XVI, constituye otro paso en la consolidación del sector más conservador del catolicismo dentro de la estructura eclesiástica, reforzando además la centralidad de la curia vaticana. Fiel a su perspectiva eurocéntrica y romanocéntrica, el papa Ratzinger afianzó aún más el poder de Europa y América del Norte, regiones donde porcentualmente hay menos católicos, en desmedro de América latina y Africa, zonas en las que sumadas viven la mayoría de los católicos. Entre los designados ahora hay siete cardenales italianos, pero apenas uno (el arzobispo de Florencia, Giuseppe Betori) tiene a su cargo responsabilidades directas en una diócesis. Los demás son funcionarios de la curia vaticana. Uno solo de los nuevos cardenales es latinoamericano, el brasileño João Braz de Aviz, quien fue arzobispo de Brasilia pero en estos momentos se desempeña en el Vaticano como prefecto (ministro) de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
A partir de las nuevas creaciones, el colegio cardenalicio ha quedado integrado por 213 cardenales. Los miembros proceden de 71 países y su distribución geográfica es la siguiente: Europa tiene 119; Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) cuenta con 21; América latina, 32; Africa, 17; Asia, 20 y Oceanía, 4. Sin embargo, de ese total sólo 125 podrían hoy votar, porque tienen menos de 80 años, para elegir a un eventual sucesor de Benedicto XVI. La ley eclesiástica establece que los cardenales octogenarios no pueden ejercer el derecho del voto, aunque podrían ser electos para desempeñar la responsabilidad de conducir al catolicismo desde el papado.
Entre los cardenales electores Europa tiene más de la mitad (67). Otros 22 son latinoamericanos, 15 de América del Norte (Canadá y EE.UU.), 11 africanos, 9 asiáticos y 1 de Oceanía. En este mapa Italia es el país con más cardenales electores (30 sobre 125), seguido de Estados Unidos con 12, Alemania y Brasil con 6 cada uno, España 5, Francia, India, Polonia y México tienen 4, en tanto los otros 50 miembros del colegio cardenalicio se distribuyen entre diferentes nacionalidades. De los cuatro argentinos solamente Jorge Bergoglio y Leonardo Sandri (prefecto-ministro - de la Congregación para las Iglesias Orientales) están en condiciones de elegir, porque Jorge Mejía (89) y Estanislao Karlic (86) han superado el límite de edad. Pero no existe correspondencia alguna entre las zonas de procedencia de los cardenales electores y la distribución de los católicos en el mundo por regiones. Según las cifras oficiales ofrecidas por el Anuario Pontificio (2011), los católicos latinoamericanos representan el 49,4 por ciento del total y Europa el 24 por ciento. El desequilibrio es evidente a favor de las iglesias del Norte. De los actuales 125 electores, 62 cardenales fueron nombrados por Juan Pablo II y 63 por Benedicto XVI.
El refuerzo de la línea conservadora y primermundista ocurre también en medio de revelaciones sobre disputas de poder en el Vaticano a raíz de filtraciones de documentos que incluso llegan a mencionar la posibilidad de un atentado contra el Papa. El responsable de esta denuncia fue el cardenal colombiano (ya retirado) Darío Castrillón Hoyos, un ultraconservador muy cercano al propio Benedicto XVI, de quien se considera amigo personal. El colombiano, quien en su nota implica al cardenal de Palermo (Italia), Pablo Romeo, formó parte del grupo de cardenales que rodeó a Angelo Sodano, el poderoso secretario de Estado (primer ministro) de Juan Pablo II. Son esos cardenales los que ahora combaten al actual secretario de Estado, el salesiano Tarcisio Bertone, quien tiene su propio grupo de influencia.
En medio de este panorama surgieron también acusaciones de corrupción e ilícitos económicos en los que estaría involucrado el banco vaticano (Instituto para las Obras de la Religión), al que también se le asignan operaciones de lavado de dinero. Quien realizó tales denuncias es el actual nuncio (embajador) ante el gobierno de Estados Unidos, arzobispo Carlos Viganó. Según los documentos filtrados a la prensa italiana el actual nuncio en Estados Unidos denunció ante el Papa “corrupción y mala gestión”. El Vaticano condenó la difusión periodística de tales documentos.
Adicionalmente, el ajuste italiano también afecta a la Iglesia de ese país a pesar de las buenas relaciones que mantiene con el primer ministro Mario Monti. La Iglesia deberá pagar impuestos por 110 mil propiedades que no están directamente dedicadas al culto valuadas aproximadamente en 9 billones de euros y que estaban exentas desde el 2005. Mientras algunos cálculos privados indican que la Iglesia Católica tendrá que abonar cerca de mil millones de euros al fisco, las autoridades eclesiásticas aseguran que no serán más de 100 millones de la misma moneda.
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