Vie 24.02.2012

EL MUNDO  › LEOLUCA ORLANDO, DIPUTADO DE ITALIA DE LOS VALORES (IDV) Y DOS VECES ALCALDE DE PALERMO

“Las mafias son formas de perversión”

Orlando explica que la criminalidad organizada tiene miles de millones de euros y de dólares para lavar provenientes de las actividades ilegales más dispares y por eso sus ojos miran hacia la actividad bancaria y financiera.

› Por Elena Llorente

Desde Roma

Hablar de mafia hoy puede parecer algo casi folklórico, limitado a Sicilia o tal vez a Italia. Pero los expertos, como el diputado de Italia de los Valores (IDV) Leoluca Orlando, dos veces alcalde de Palermo (Sicilia), y el juez antimafia Roberto Scarpinato piensan que en realidad ya no se puede hablar de Cosa Nostra, ‘Ndrangheta o Camorra, por nombrar las tres principales de Italia, sino de mafias como empresas multinacionales cuya principal preocupación son las finanzas y la coalición con el empresariado. La criminalidad organizada tiene miles de millones de euros y de dólares para lavar provenientes de las actividades ilegales más dispares y por eso sus ojos miran hacia la actividad bancaria y financiera, explicó Orlando en una entrevista con Página/12.

El gran negocio de las mafias internacionales ya no es tanto el tráfico de droga, aunque lo siguen practicando por supuesto, sino ver cómo lavar y reproducir los miles de millones que han acumulado, dijo Orlando. Y puso un ejemplo: si una persona lleva 1000 euros sucios a un banco, el banco se hace el tonto, lo acepta y lo considera un cliente. Pero si lleva 1000 millones no es más un cliente porque se transforma en dueño del banco. Es por eso que los banqueros ahora están empezando a tener miedo. Los mismos bancos que antes cerraban un ojo, ahora prestan más atención. “Y si no, miremos lo que sucede en Suiza. Hace 15 años si se quería abrir una cuenta nadie le preguntaba nada. Le daban un número y basta. Hoy le piden todos los datos y se ha aceptado la colaboración con Italia y otros países en materia de delitos financieros”, contó.

“Permítame hacer una premisa. Las mafias son una forma de perversión de los valores, de la identidad de un pueblo. En Sicilia pervirtieron los valores sicilianos, en Italia los italianos, en Alemania los alemanes. ¿O acaso el nazismo no fue una forma de perversión de los valores? ¿O acaso el terrorismo islámico no es una forma de perversión también? Entendámonos, ser alemán o ser musulmán es un derecho. Pero el nazismo y el terrorismo islámico son perversiones de esas identidades.” No existen por lo demás, sólo las mafias locales que pervierten valores locales, sino también las mafias globales que pervierten valores globales. “¿Qué es la competencia internacional sin reglas que destruye la competencia leal y construye monopolios? Una mafia, ni más ni menos”, subrayó Orlando, que es además el portavoz de IDV, partido liderado por el ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro.

Según el diputado, la invención de la moneda única europea, el euro, fue una revolución positiva, pero supone riesgos importantes. “Si no se imponen reglas internacionales adecuadas, Europa corre el riesgo de convertirse en un gigantesco lavadero del dinero sucio del mundo. Uno puede tener dinero sucio en Palermo e invertirlo en Madrid sin control, o en Berlín o en otro lugar de la Unión Europea. Y esto ya está sucediendo”, subrayó. ¿Pero es posible combatir globalmente a las mafias? “Absolutamente sí. Pero eso exige un compromiso global. Hoy tenemos una finanza sucia de nivel global. ¿Pero acaso tenemos unas finanzas limpias con reglas globales para contrarrestar el efecto de la otra? No, las reglas no existen.” A nivel internacional se ha venido discutiendo sobre este punto, sobre todo después de la crisis del 2008, cuya responsabilidad en parte fue atribuida a los flujos financieros que giraban por el mundo sin control. Pero hasta ahora, poco y nada se ha concretado.

“Permítame ahora una segunda premisa: cada vez que hablamos de mafias, hablamos de la calidad del poder, de la política. El primer paso entonces es purificar la política, porque no podemos pensar que derrotaremos a las mafias purificando sólo a Sicilia. El centro de la lucha contra la mafia deben ser las finanzas y la política”, subrayó Orlando, recordando además que durante el gobierno de Berlusconi se aprobó la ley conocida como “escudo fiscal”, que permitió el retorno al país del dinero que muchos italianos tenían en el exterior. Nadie preguntaba nada, todo era anónimo. Quien retornaba su dinero pagaba un pequeñísimo derecho del 5 por ciento. “Dígame usted si esa ley no fue una especie de contrato entre el Estado y la mafia”, preguntó.

Roberto Scarpinato es actualmente procurador general de la Corte de Apelaciones de Caltanisetta, pero hasta hace poco, y durante 20 años, trabajaba como magistrado en Palermo, habiendo participado de las principales investigaciones judiciales sobre criminalidad organizada. Scarpinato y Orlando participaron en Palermo, el pasado lunes, de una conferencia organizada por la prensa extranjera en ocasión de los cien años de la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma.

El magistrado visitó hace algunos años la Argentina y colaboró, dijo a Página/12, con las autoridades judiciales de ese país en varias investigaciones sobre tráficos internacionales. Hay una difusa cooperación con buena parte de los países latinoamericanos en este sentido, precisó. “El problema es que ahora no basta arrestar a algunos narcotraficantes, es necesario también confiscarles los bienes”, dijo, aclarando que no todos los países tienen previsto esto en su legislación. “El siguiente ejemplo da una idea clara de la importancia de lo que acabo de decir. Hace algunos años, en una interceptación telefónica, un mafioso que estaba en la cárcel decía: Yo estoy condenado a seis años, pero mientras yo estoy acá, mis millones siguen trabajando afuera.”

Refiriéndose a Europa, Scarpinato se declaró “muy preocupado” porque la opinión pública europea “no sabe nada de las mafias en sus propios países y creen que sólo existe en Sicilia o en Italia”. Hoy por hoy, según el magistrado, las mafias ofrecen una serie de servicios –irregulares por cierto– a las empresas que pueden resultar interesantes como, por ejemplo, para reducir los costos de producción o capitales para invertir en la innovación tecnológica. Se está creando así un “capitalismo mixto” que asocia las mafias a las empresas. “Esta ha sido la base del éxito mafioso en el norte de Italia. Pero nos hemos dado cuenta de que no es solamente allí. También en Alemania, según resulta de las investigaciones judiciales. Los mafiosos no quieren ser patrones de la empresa, sino colonizadores del territorio”, precisó.

La diferencia con los demás países europeos es que “Italia tiene la mafia pero también la antimafia”, es decir, los organismos policiales y judiciales que se encargan de combatirla. “Pero Europa no tiene anticuerpos”, subraya, dado que en muchos países no existe por ejemplo el delito de “asociación mafiosa” ni existe la posibilidad de bloqueos patrimoniales. Es hora de que las autoridades comprendan que las mafias ya no son “Cosa Nostra (cosa nuestra), sino también Cosa Vostra (cosa vuestra)”, concluyó parafraseando el nombre de la mafia siciliana.

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