EL MUNDO › EL EX GOBERNADOR DE MASSACHUSETTS ESTá CADA VEZ MáS CERCA DE COMPETIR CON EL CANDIDATO-PRESIDENTE OBAMA
El ex senador ultraconservador de Pennsylvania afirmó que la internación de su hija Bella lo había hecho reflexionar. En su decisión habrán pesado las derrotas sufridas la semana pasada en Maryland, Wisconsin y Washington DC.
Sonó la campana y a Rick Santorum ni el banco le dejaron en la esquina. El precandidato republicano tiró la toalla ayer después de sufrir algunos traspiés en las primarias que hurgan en el gélido corazón conservador en busca de un candidato que pueda vérselas con el actual presidente de Estados Unidos en las elecciones generales de noviembre. El ex senador ultraconservador de Pennsylvania anunció que se bajaba de la campaña presidencial, dejando, de este modo, vía libre a su contrincante Mitt Romney –el favorito en la mayoría de las encuestas– para ser ungido como candidato de la oposición. Rodeado por su esposa y varios de sus hijos, Santorum afirmó, en una improvisada rueda de prensa, que la internación de su hija Bella lo había hecho reflexionar. La niña, de tres años, padece trisomía 18 (una rara enfermedad genética) y había sido internada la semana pasada, por segunda vez en el año, por lo que su padre decidió cancelar todos los eventos de la campaña en Pennsylvania, donde se vota dentro de dos semanas.
Más allá de la salud de su hija, en su decisión seguramente pesaron también las tres derrotas sufridas la semana pasada en las primarias celebradas en Maryland, Wisconsin y Washington DC, así como las presiones de miembros del establishment republicano para que renunciase a la carrera presidencial, poniendo fin a una dura lucha intestina que se estaba alargando demasiado y que sólo podría beneficiar al verdadero rival en la batalla final por la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama. Tras haber ganado en once estados, desde que se abrió la interna republicana el pasado enero, Santorum, nieto de un minero italiano y padre de siete hijos, había perdido recientemente consensos al interior de su partido, pero confiaba en ganar en Pennsylvania, estado al que representó en el Congreso durante quince años y donde se celebran primarias el 24 de abril. Sin embargo, en los últimos tiempos los sondeos indicaban que Romney estaba recortando peligrosamente las distancias también en ese estado. Perder Pennsylvania habría sido para Santorum la derrota más humillante de su carrera política. “En familia decidimos entrar en las elecciones y durante este fin de semana llegamos a la conclusión de que la carrera se acabó para mí”, soltó lacónico el político conservador, desde Gettysburg, sitio histórico de la guerra civil norteamericana. “La suspendemos, pero seguiremos luchando por quienes no tienen voz”, agregó. Santorum también trazó un balance de su campaña. “Son sus historias, las de los votantes, las que importan”, remarcó.
Hasta ahora, Santorum era el principal adversario de Romney. De todas maneras, estaba cada vez más relegado en la cifra de delegados para la convención republicana que se celebrará en agosto y proclamará al candidato. Romney, en tanto, ya pudo reunir más de 625 delegados de los 1144. Santorum no llegaba ni a la mitad. Según informó la cadena CNN, antes de enfrentar a los medios, el ex senador de Pennsylvania llamó a su rival para comunicarle su decisión y ofrecerle su ayuda. Romney, seguramente, habrá exhalado en ese momento un suspiro de alivio al conocer la noticia de que Santorum se retiraba de la contienda. De momento siguen también en carrera Newt Gingrich y Ron Paul, ambos con magros resultados, por lo que el ex gobernador de Massachusetts tiene ante sí el camino allanado hacia la nominación presidencial por el Partido Republicano. Y, por consiguiente, hacia el desafío con Obama por la Casa Blanca en ocho meses.
Ayer se conoció una encuesta que adelanta una sustancial ventaja en favor del presidente Obama para los comicios de noviembre, en los que el mandatario buscará ser reelegido. Difundido por el diario The Washington Post y la cadena de TV ABC, el sondeo arrojó que un 51 por ciento de los encuestados está dispuesto a votar al actual presidente, frente a un 44 por ciento que apoyaría al multimillonario Romney. Según estos sondeos, que se dieron a conocer antes de que Santorum resignara su candidatura, en el caso de que el candidato republicano hubiera sido Santorum, Obama obtendría una ventaja aún mayor. La encuesta es la primera en varios meses que da una ventaja tan amplia al actual titular de la Casa Blanca.
De acuerdo con el estudio, el 64 por ciento de los estadounidenses siente mayor simpatía por Obama que por sus posibles oponentes republicanos. El jefe de Estado también se impone en temas de género o cuestiones vinculadas con la protección de la clase media y el empleo. Sin embargo, el talón de Aquiles de Obama es la endeble situación económica de Estados Unidos, tema en el que los encuestados muestran mayor confianza en Romney. El ex gobernador de Massachusetts trabajó durante años en empresas privadas y quiere convertir la economía en el tema principal de la campaña electoral. Romney acusa a Obama de haber fracasado en esa área. Y el mandatario respondió a esas críticas presentándose como impulsor de la justicia social y acusando a los republicanos de estar preocupados sólo por los más ricos (ver aparte). La semana pasada, el mandatario afirmó que un plan presupuestario recientemente presentado por la oposición es un programa de darwinismo social que sufrirán los trabajadores y jubilados, y criticó a Romney por apoyarlo.
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