El Parlamento portugués aprobó ayer el tratado de estabilidad de la Unión Europea (UE), que fija el límite del déficit presupuestario para los países miembro, convirtiéndose así en el primer Estado de la UE en dar luz verde a la reforma. De hecho, el primer ministro portugués, el conservador Pedro Passos Coelho, aseguró durante el debate parlamentario del tratado que Europa necesita un mecanismo de gestión de crisis eficaz que proteja a la Unión Europea de tempestades de efectos catastróficos.

El resultado de la votación fue aplastante, ya que a la mayoría absoluta de la coalición de centroderecha del gobierno (132 de 230 diputados) se sumaron los de la inmensa mayoría de los 74 diputados socialistas, primer partido de la oposición. El Partido Socialista (PS) portugués, que gobernaba hace un año, sufrió una crisis interna y doctrinal en este debate. El secretario general del PS portugués, José Antonio Seguro, advirtió que el sí socialista es un sí con algunos peros.

De hecho, el PS propuso un paquete de medidas adicional encaminado a generar empleo con la intención de que fuera aprobado junto con el tratado, pero la coalición de centroderecha lo rechazó.

“Votamos a favor porque este tratado es indispensable para que Portugal siga en el euro. Podemos estar de acuerdo o no en una cosa o en otra, pero es indispensable. Es un buen ejemplo del sentido de la responsabilidad del Partido Socialista”, afirmó Seguro.

El propio Mario Soares, ex presidente de la República y ex primer ministro, líder histórico del PS, se manifestó recientemente en contra del tratado. Los diputados del Bloque de Izquierda, del Partido Comunista Portugués y de los Verdes, que suman en total sólo 24 de los 230 diputados de la Cámara, se mostraron ayer resueltamente en contra del tratado, calificándolo de imposición alemana y votaron en consonancia. Acusaron al gobierno de empobrecer aún más a un pueblo que está sufriendo ya mucho y al PS de desconocer en qué bando se encuentran. “¿Cómo es que un partido que se reivindica de izquierda vota un documento de ultraderecha?”, dijeron en un comunicado.

Portugal votó este tratado en una fecha emblemática, hace un año, el 8 de abril de 2011, cuando el país se rendía y pedía ayuda financiera a la UE y al FMI para no declararse en bancarrota. Hasta ahora, el gobierno logró respetar lo esencial de los objetivos recomendados por los acreedores. Por ejemplo, reducir su déficit público a 4,2 por ciento del PBI, desde el 9,8 por ciento de 2010. Pero estas medidas de austeridad sumieron al país en la recesión y, según las previsiones, la economía portuguesa caerá este año más de un 3 por ciento del PBI y el desempleo superará el 14.