El precandidato republicano mormón que más chances tiene de competir por la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, comenzó a mostrarse como una víctima de la “prensa secular”, tras unas críticas hacia su mujer. La semana pasada, la lobbyista de la Casa Blanca, Hillary Rosen, dijo que Ann Romney no trabajó ni un día en su vida.

Ahora, el asesor del precandidato republicano y embajador de grupos evangélicos, Mark DeMoss, comparó las palabras de Rosen acerca de Ann Romney con las críticas al jugador de fútbol americano Tim Tebow, muy conocido por expresar su fe evangélica. “Cualquier ataque sobre él reforzaría el apoyo hacia Tebow por parte de gente que expresa su misma fe”, dijo el asesor. Ahora, Romney, en el papel de víctima, atraerá al votante conservador evangélico, intentando capitalizar de cara a la primaria republicana, donde perdió el apoyo de los más conservadores, del ultraderechista Tea Party y de los votantes religiosos.

Sus rivales utilizaron esta estrategia durante las primarias. Rick Santorum viajó por los estados con historias acerca de cómo arriesgó su carrera y perdió su banca en el Senado por tener convicciones. Newt Gingrich utilizó a la prensa como punching ball para atraer la ira de los conservadores populistas. Ambos acusaron a Romney de hacer campañas negativas sobre ellos. Ahora, el mormón adoptará el mismo tipo de lenguaje para atraer el anzuelo de los feligreses.