Lunes, 21 de mayo de 2012 | Hoy
EL MUNDO › EL LIBIO ABDELBASET AL-MEGRAHI PERDIó LA BATALLA CONTRA EL CáNCER
En 2001 un tribunal escocés lo encontró culpable del atentado contra un avión de Pan Am en el que murieron 270 personas. Algunos familiares expresaron dudas sobre el proceso.
El único condenado por el atentado de Lockerbie de 1988, Abdelbaset al- Megrahi, murió ayer en Trípoli, la capital de Libia. Pasó los últimos dos años y nueve meses en su país natal, después de haber sido liberado en Escocia a causa de su enfermedad terminal. Su hermano Abdelhakim al- Megrahi dijo que falleció en su casa y agregó: “Aunque él ya no esté vamos a seguir diciéndole al mundo que mi hermano es inocente”.
Abdelbaset al-Megrahi había sido condenado a 27 años de prisión en 2001 por un tribunal especial escocés reunido en Holanda, que lo encontró culpable de la explosión de un avión de la compañía aérea estadounidense Pan Am encima de la pequeña localidad de Lockerbie. El atentado causó la muerte de 270 personas. Megrahi siempre mantuvo que era inocente.
Mientras su familia se reunió en su casa para celebrar el duelo, en las calles de la capital libia podía verse a allegados llorando, constataron agencias internacionales. “Ha muerto y nos ha dejado con este sentimiento de injusticia”, lamentó Abdelhakim, quien denunció un “asunto político y de espías” en el que su hermano fue el “cabeza de turco” del gobierno de Muammar Khadafi. “Todo el mundo sabe que el régimen de Khadafi cargaba sus faltas sobre las espaldas de los otros”, denunció su hermano.
Nacido el 1 de abril de 1952 en Trípoli, Megrahi pasó ocho años en un penal de Greenock, cerca de Glasgow (oeste de Escocia), y fue liberado por la Justicia escocesa por razones humanitarias en 2009, ya que los médicos le diagnosticaron un cáncer en fase terminal y no le daban más de tres meses de vida. La puesta en libertad de Megrahi, quien siempre clamó su inocencia, suscitó una ola de indignación, especialmente entre las familias de las víctimas.
El primer ministro británico David Cameron estimó ayer que era momento de acordarse de las víctimas del atentado. “Hoy hay que acordarse de las 270 personas que perdieron la vida en ese atentado despreciable”, declaró ante la prensa en Chicago, donde se encuentra para una cumbre de la OTAN.
En 1999, las autoridades de Libia, dirigida en aquel entonces por Khadafi, se decidieron a entregarlo junto con el otro acusado, Al Amin Jalifa Fhimah. Ambos habían sido encausados en 1991, tras una investigación británico-estadounidense, como autores de la explosión de la nave. Cuando ocurrió el atentado, Megrahi era jefe de seguridad de la compañía Libyan Arab Airlines en Malta.
Los investigadores estadounidenses afirmaban que ese cargo era una cortina de humo de su trabajo para los servicios secretos libios, acusación que él siempre negó y que no pudo ser probada en el juicio celebrado en Holanda a partir de 2000. Al final del juicio, en 2001, Fhimah fue absuelto, pero Megrahi fue condenado por asesinato masivo a cadena perpetua, con un mínimo obligatorio de 27 años.
Aunque los familiares de las víctimas estadounidenses se mostraron globalmente satisfechos con la sentencia, algunos allegados británicos expresaron dudas sobre el proceso. El padre de una de las víctimas, el británico Jim Swire, convencido de la inocencia de Megrahi, lamentó ayer de la muerte de éste y consideró que “a partir de ahora quizá se puedan esforzar en encontrar quién mató a mi hija Flora”. David Ben-Aryeah, un vocero de algunas de las familias, dijo: “Como alguien que estuvo en el juicio puedo decir que no creo que Megrahi sea culpable. Megrahi es la víctima 271 de Lockerbie”. Pero Susan Cohen, de Nueva Jersey, cuya hija Theodora murió en el atentado, declaró que no estaba interesada en ninguna teoría acerca de la inocencia o culpabilidad de Megrahi. “Lo detesto y espero que su muerte haya sido dolorosa en extremo.”
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