España elegirá hoy a las dos consultorías que deberán evaluar la salud del sector bancario. Así lo anunció el presidente del gobierno español durante un receso de la cumbre de la OTAN. “Sería muy positivo que este ejercicio que va a hacer España se hiciera en otros países de la Unión Europea”, dijo Mariano Rajoy, tras mantener una reunión bilateral con la canciller alemana Angela Merkel, encuentro que calificó como muy agradable y que desembocó en la propuesta concreta de una visita de la líder germana a España, programada para el 6 de septiembre, donde se reunirá en un foro de inversión con empresarios de la península ibérica.

En medio de la creciente inquietud de los mercados sobre la resistencia financiera del país, Rajoy quiso dar un nuevo mensaje de tranquilidad, el segundo en veinticuatro horas, tras su llegada a la ciudad de Chicago.

El líder conservador y la dama de hierro alemana conversaron animados sobre el futuro de España durante un bucólico viaje en barco en el río que cruza la ciudad, escoltados por los rascacielos de Chicago y con un cielo inmejorablemente azul como telón de fondo. “El lunes se elegirán a las dos casas de auditorías que van a proceder a celebrar este ejercicio (de auditoría) y en el plazo de un mes ya tendremos una valoración bastante aproximada de la situación de nuestras entidades financieras”, dijo Rajoy a la prensa, sin admitir preguntas, luego del paseo.

Los mandatarios se vieron las caras durante una hora y media, según una fuente de la delegación alemana, que simplemente se remitió a indicar que los jefes de Estado abordaron la situación en la Zona Euro y los preparativos para las próximas cumbres europeas. “La señora Merkel me ha reiterado que apoyaba las reformas que se estaban realizando en nuestro país y de forma muy particular el ejercicio de transparencia que España va a hacer con sus entidades financieras”, aseguró el líder español. “Tengo que decir que sería muy positivo que este ejercicio que va a hacer España se hiciera en otros países de la UE”, opinó acto seguido.

En su arribo a Chicago, Rajoy echó por tierra el sábado toda posibilidad de que el sector bancario necesite un rescate europeo. El mandatario español respondió así a las declaraciones del presidente francés François Hollande, quien había asegurado fuera de la agenda del encuentro que mantuvieron días atrás los líderes del G-8 en Camp David, que la banca española iba a necesitar esa ayuda. Rajoy confirmó que el miércoles se reunirá con Hollande antes de un consejo informal europeo. Por otra parte, las firmas de análisis financiero como Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch rebajaron repetidamente la nota de la banca española, que además sufre el peor nivel de morosidad desde 1994, de 8,37 por ciento, según las cifras publicadas el viernes por el Banco de España.

La morosidad del crédito, principalmente por hipotecas que podrían no ser reembolsadas, se elevó en marzo a 147.968 millones de euros. Madrid reconoció además esta semana que el déficit público es más elevado de lo que se había anunciado hace tres meses, es decir que se encuentra en un 8,9 por ciento en lugar de 8,51 por ciento, lo que volvió a provocar nerviosismo y agitación en un mercado que está penalizando con firmeza a la deuda española.

El jefe de gobierno español explicó que ese nivel record se debía a “facturas en el cajón” que tenían las administraciones públicas españolas. “Esto se ha acabado gracias a un acuerdo con las autonomías”, enfatizó Rajoy. Mientras el líder conservador volaba hacia Chicago, en Camp David, el primer ministro italiano, Mario Monti, anunciaba tras la Cumbre del G-8 una cumbre en menos de un mes en Roma con Merkel y Hollande.