El presidente francés, François Hollande, podrá comenzar a gobernar con plenos poderes luego de que el Partido Socialista (PS) y fuerzas aliadas lograran una mayoría parlamentaria absoluta en las elecciones del domingo, según mostraron los resultados definitivos conocidos ayer. La totalidad de los escaños de diputados se renovaron en las legislativas, donde el PS obtuvo 278 de las 577 bancas de la Asamblea Nacional (Cámara baja), cifra que, sumada a las 24 que cosecharon sus tradicionales aliados de izquierda, eleva a 302 bancas para los socialistas, un 52 por ciento del total de escaños. El único antecedente de un control tal del Parlamento es el del otro presidente socialista de la V República, François Mitterrand, quien en 1981, en una Asamblea con menos integrantes (450), gobernó con el 58 por ciento de las bancas en poder del PS y de distintos partidos de izquierda.

A partir de las 302 bancas que controlan el PS y sus aliados clásicos, el grupo de diputados de izquierda dentro del hemiciclo de la Asamblea Nacional podría estirarse a 343 escaños si el socialismo se aliara con los ecologistas (18), el Frente de Izquierda (10) y el Partido Radical de Izquierda (socialdemócratas con 13).

La conservadora Unión por una Mayoría Popular (UMP), del ex presidente Sarkozy, sufrió una severa derrota, al perder a varias de sus principales figuras y poder territorial en circunscripciones históricas, confirmando de ese modo la tendencia de los últimos cinco años. La UMP perdió terreno al pasar de 314 bancas a 188. No obstante, el grupo de la denominada derecha parlamentaria se estira a 229 bancas al sumar los escaños del xenófobo Frente Nacional (3), el Partido Radical Valoisien (9), Nuevo Centro (14) y otras fuerzas de derecha (19). Una particularidad que deja la renovación de la Cámara baja es que, de los 577 diputados, el 26,86 por ciento son mujeres (155), una cifra sin precedentes en la historia política francesa.

Pero, sobre todo, la elección marca el regreso del ultraderechista Frente Nacional (FN) a la Cámara baja después de 24 años, al obtener tres bancas. En la región de Vaucluse se impuso Marion Maréchal Le Pen, de 22 años, nieta de Jean-Marie Le Pen, fundador del FN. Otro diputado del FN es el mediático abogado Gilbert Collard, en la región de Gard, quien se autoasignó “una misión de hinchapelotas democrático”, en declaraciones al canal France 2. Por lo menos hasta 2014, cuando se renueven las bancas del Senado, Hollande gobernará con mucho consenso, ya que el PS domina también los mayores departamentos y ciudades de Francia. “El presidente podrá ocuparse de la política exterior y de la Zona Euro en particular, pues en la política interna Ayrault contará con un sólido respaldo para desarrollar su programa”, consideró la primera secretaria del PS, Martine Aubry. En el plano interno, Hollande propone medidas para dar marcha atrás con las políticas neoliberales de su predecesor conservador, Nicolas Sarkozy, cuya reforma jubilatoria ya revirtió la semana pasada con un decreto de su gabinete.

El mandatario socialista también quiere mejorar la recaudación fiscal con un gravamen de hasta el 75 por ciento para la renta de las personas con los ingresos más altos del país. Lo único que escapará al poder absoluto de Hollande será el de promover una reforma constitucional, dado que para ello necesitaría los dos tercios de la Asamblea Nacional. Tras la victoria socialista, y cumpliendo con la formalidad, el actual premier Ayrault volvió a recibir el encargo de formar gobierno, una vez presentada su propuesta de dimisión y recibir el nuevo nombramiento del Palacio del Elíseo. El jueves próximo, cuando Hollande regrese de su gira por América latina tras la reunión del G-20 en México y su viaje a Brasil, el premier Ayrault presentará su nuevo gobierno, a pesar de que todos los ministros del gobierno que se presentaron como candidatos fueron electos.

La treintena de ministros y secretarios de Estado nombrados por Ayrault el 16 de mayo, que incluye a dos representantes ecologistas y un integrante del partido radical de izquierda (PRD), podría alargarse para incluir a algún otro miembro de los partidos de izquierda que apoyaron a Hollande en las elecciones. El secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), Pierre Laurent, ya descartó que su formación –que integró el Frente de Izquierda– ingrese al gobierno.