El Congreso de Paraguay eligió ayer al senador Oscar Denis, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), como nuevo vicepresidente del país. También fue reelecto el presidente del Senado, Jorge Oviedo Matto, del partido Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace). La primera semana de gestión del designado presidente Federico Franco se caracterizó por una sucesión de cambios de autoridades. La misma concluyó con la elección del nuevo vicepresidente que acompañará a Franco, del mismo partido, en el período que finaliza en el 2013. Su elección se enmarca en el Artículo 234 de la Constitución Nacional de Paraguay, sobre la acefalía, donde se especifica que si se produce la vacante definitiva de la vicepresidencia durante los últimos dos años de mandato, el Parlamento, por mayoría absoluta de sus miembros, es el que debe designar a la persona que desempeñe el cargo por el resto del período. Denis –químico industrial de 66 años que fue gobernador del Departamento de Concepción entre 1993 y 1998, diputado entre 1998 y 2003 y senador entre 2003 y 2012– fue electo en una sesión conjunta de las dos cámaras, con la ausencia de los legisladores del Partido Colorado y del Frente Guasú.

El nuevo vicepresidente prometió entregar todo su esfuerzo y empeño para el éxito de la tarea y auguró un futuro de tranquilidad para su país. Manifestó que confía en la capacidad de trabajo de Franco. “El pueblo puede estar tranquilo”, dijo. Asimismo, aseguró que espera el mejor entendimiento con el Congreso, ya que una de sus funciones será actuar de nexo entre el Ejecutivo y el Legislativo. En la misma jornada, el Senado reeligió como presidente del Cuerpo a Jorge Oviedo Matto, de la Unace, con una amplia mayoría de 33 votos en 45, por lo que volverá a ejercer el cargo durante el período legislativo comprendido entre el 1º de julio de 2012 y el 30 de junio de 2013, como lo indica el Artículo 36 del reglamento interno de la Cámara Alta. Junto con Oviedo Matto el pleno designó como vicepresidente primero al senador del PLRA, Alfredo Jaeggli, y como vicepresidenta segunda a la senadora del Partido Patria Querida (PPQ), Ana Mendoza de Acha. El cambio de autoridades en el Congreso de Paraguay cobró especial significación estos días como consecuencia de la destitución del presidente Fernando Lugo, el viernes pasado.

La nueva situación institucional desató especulaciones de todo tipo sobre las negociaciones y alianzas coyunturales entre los partidos de oposición. En este contexto, el presidente destituido de Paraguay no descartó la posibilidad de volver a postularse a la jefatura de gobierno de su país en los comicios de 2013. “Es necesario estudiar esto”, sostuvo, en una entrevista publicada ayer por el diario brasileño Folha de Sao Paulo. “Si la ley lo permite y si es consensuado, y dependiendo de las conversaciones entre los grupos políticos que nos representan, veremos si hay la posibilidad jurídica y política y qué decidirán los ciudadanos. El camino es largo, pero la última palabra todavía no fue dada”, agregó. Según el ex mandatario, su candidatura a cualquier cargo en los próximos comicios depende de un análisis de los aspectos jurídicos y políticos para verificar si hay posibilidad de reelección en Paraguay. “Pero lo que hemos visto es que, con este golpe parlamentario he perdido mi status de senador vitalicio y me convertí en un ciudadano común. En el marco de ciudadano común, tengo todos mis derechos políticos a ejercer y, dentro de estos derechos, siempre hay posibilidades de candidaturas electivas”, enfatizó. Lugo remarcó que fue víctima de una persecución política, que atribuyó al hecho de nunca haber sido vinculado con un partido político. “Tener a un extraño en el Palacio de López molestó, especialmente a los líderes de los partidos tradicionales. Además, 2013 y las elecciones están cerca, y los partidos tradicionales dicen que volverán. La única manera fue interrumpir un proyecto político diferenciado para tomar el poder otra vez”,concluyó el ex presidente que, en tanto, expuso que la forma grosera en la que ocurrió el juicio político en su contra reflejó un quiebre institucional violento en su país. Y advirtió que los países, en especial los sudamericanos, deben pensar, reflexionar y decidir qué posición deben tomar frente al gobierno actual. “Hago una fuerte distinción entre lo que es el país y lo que es el gobierno. No quiero ninguna sanción económica porque ello perjudicaría al país, a la clase más humilde, a los productores de frutas, de verduras”, aseveró sobre la posibilidad de que el Mercosur dicte sanciones económicas contra su país. Finalmente, el ex obispo anticipó que analiza la posibilidad de denunciar ante una corte internacional los hechos que derivaron en su destitución.