EL MUNDO

Los okupas les prenden una luz roja a los vecinos

El administrador de Irak, Paul Bremer, advirtió sobre “las injerencias” vecinas. Siguen los operativos contra las rebeliones.

Sin explicitarlo, el administrador estadounidense en Irak, Paul Bremer, llamó la atención a Irán. Bremer advirtió ayer que impedirá cualquier injerencia de los países vecinos en los asuntos domésticos de Bagdad, durante la apertura de una serie de reuniones destinadas a encontrar dirigentes moderados en el sur chiíta. Mientras, las tropas norteamericanas continuaban una operación contra la guerrilla sunnita pro-Saddam, y Ahmed Chalabi, un líder de la ex oposición al caído régimen, instó a Washington a dar más poder al pueblo iraquí. Según el imán de la principal mezquita de Rawa, el jeque Gharbi Abdel Aziz, los estadounidenses mataron a 82 combatientes en un campo de entrenamiento guerrillero de Sahl, una zona desértica del nordeste iraquí. Y las fuerzas de la administración Bush detuvieron al comandante de la aeronáutica iraquí Hamid Raja Shalah al-Tikriti, según informó el comando central norteamericano (Centcom).
El detenido es la imagen del naipe número diez del mazo de cartas que elaboró el Pentágono. Hace unos días Bremer hizo público que la mitad de los 55 personajes buscados ya fueron capturados. El administrador de Irak advirtió además que la amnistía general decretada para que los iraquíes entreguen sus armas se está agotando y que las tropas estadounidenses serán inflexibles si se topan con ciudadanos que estén todavía en posesión de alguna de ellas. Bremer aseguró que las fuerzas estadounidenses actuarán en consecuencia contra quienes sigan portando armas sin la licencia respectiva emitida por su administración pasada la fecha límite del ultimátum, que se cumplió ayer.
El ejército estadounidense proseguía sus operaciones militares en el norte del país. Esta ofensiva estadounidense, denominada “Operación Península” y emprendida el fin de semana pasado en el triángulo sunnita, formado por las localidades situadas alrededor del Tigris, al norte de Bagdad, y más al oeste hacia la frontera con Siria, ocasionó decenas de muertos, según fuentes norteamericanas. Anteayer 27 iraquíes murieron a 20 kilómetros al sur de Balad. Asimismo, los soldados estadounidenses mataron ayer a un iraquí e hirieron a siete más cuando un grupo de prisioneros intentaba fugarse, según confirmó el Centcom.
En el ámbito político, el jefe del Congreso Nacional Iraquí (CNI), Ahmed Chalabi, un hombre de simpatía con Washington, estimó que el gobierno estadounidense cometía un error al no otorgar más poder a los iraquíes, informó el diario Washington Post. Chalabi, quien figuraba antes de la guerra en la lista de posibles futuros dirigentes de Irak en la era post-Saddam, afirmó que la decisión de no asignar responsabilidades a los iraquíes podría aumentar la oposición a la presencia militar extranjera. “Tenemos que abrir inmediatamente un proceso político iraquí”, opinó. Por último, en una carta atribuida al desaparecido Saddam que publicó ayer el diario árabe Al-Qods Al-Arabi, el líder derrocado ordenó a los extranjeros que están en Irak “y a quienes vinieron con el cobarde ocupante” que “abandonen Irak antes del próximo 17 de junio”.

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Un iraquí mira lo que quedó luego de los choques con EE.UU.
 
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