EL MUNDO › EL REFERENDUM INDEPENDENTISTA
La fecha del referéndum de independencia en Escocia fue fijada finalmente para el 18 de septiembre de 2014, anunció triunfalmente ayer el primer ministro escocés Alex Salmond, quien hace de la emancipación del país el combate de su vida. “Será un día histórico en que la gente decidirá el futuro de Escocia”, afirmó el ministro principal en una intervención ante el Parlamento autónomo, donde compareció para presentar la legislación que regulará la celebración de la consulta.
La razón por la que Alex Salmond decidió esperar al otoño de 2014 para organizar la consulta es simple, dijo ayer el jefe los trabajadores escoceses, Johan Lamont: “Sabe perfectamente que si organizaba el referéndum ahora, no sólo lo perdería sino que sería derrotado”, afirmó.
Como ya se había anunciado anteriormente, la pregunta a la que tendrían que responder los escoceses con derecho a voto sería: “¿Debería Escocia ser un país independiente? Sí o No”.
Además, el líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), que gobierna en mayoría, declaró a los diputados que el proyecto de ley del referéndum regirá también sobre su desarrollo. De hecho, la ley dispondrá que la Comisión Electoral británica supervise la organización del referéndum y de la campaña previa, así como la formación de los colegios electorales, a fin de garantizar que la consulta “sea reconocida a nivel internacional”.
Por otro lado, el primer ministro británico David Cameron se refirió con reticencia a la organización del referéndum, por respeto por la democracia, según él. En cuanto a las tres principales formaciones políticas británicas –los partidos Conservador y Liberal-Demócrata en el poder, así como el Partido Laborista de oposición–, están determinados a hacer campaña por el No, para preservar la cohesión del Reino Unido.
Al iniciar ayer el debate en Holyrood, Salmond recordó que Escocia empezó “un viaje” en 1999, con la devolución de algunas competencias por parte del gobierno central, que culminará con la decisión sobre la independencia. El ministro prin-
cipal argumentó que una Escocia independiente podría gestionar mejor sus recursos, y evitar los recortes del gasto público y la merma del Estado del bienestar que ahora impone el gobierno de Cameron.
Las últimas encuestas apuntan a un descenso del apoyo a la separación del Reino Unido, lo que refleja en parte enfrentamientos entre los dos bandos. De hecho, si los escoceses votan el 18 de septiembre de 2014 por la independencia, tendrán que compartir los ingresos del petróleo offshore del Mar del Norte con los ingleses, al dudar de la viabilidad económica de la nueva entidad y presentar una demanda de adhesión aleatoria a la Unión Europea.
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