Miércoles, 29 de mayo de 2013 | Hoy
EL MUNDO › TRAS EL ANUNCIO DE LA UE DE QUE ARMARá A LA INSURGENCIA
El viceministro ruso ratificó planes del Kremlin de vender al gobierno sirio misiles antiaéreos S-300, que pueden usarse contra aviones o para derribar otros misiles, pese a la oposición de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Rusia criticó ayer a la Unión Europea (UE) por haber acordado armar a la insurgencia siria y confirmó planes para vender a Damasco misiles antiaéreos, en medio del creciente temor a una carrera armamentística alimentada desde el exterior que agrave la ya brutal guerra civil de Siria. Al respecto, el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, sostuvo que “los misiles son una amenaza” para Israel y advirtió que si la venta se concreta, su país “sabrá qué hacer”.
Más de 70.000 personas murieron y millones más abandonaron sus hogares por el conflicto iniciado hace ya más de dos años en Siria, y el poder de fuego de las partes enfrentadas podría aumentar significativamente si los insurgentes reciben armas de países de la UE o el gobierno adquiere los misiles rusos. La decisión del lunes de la UE de levantar un embargo de armas para la oposición siria desató la inmediata condena de Moscú, un aliado de Damasco, que destacó que la movida europea atenta contra los planes de Rusia y Estados Unidos de celebrar una conferencia de paz en Ginebra con representantes de las partes en conflicto.
En Siria, el gobierno del presidente Bashar Al Assad acusó a la UE de alentar la violencia y obstaculizar la paz, mientras que la oposición armada siria se quejó de una decisión europea que, según señaló, “no es suficiente y llega demasiado tarde”. En Washington, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, saludó la resolución de la UE, que fue impulsada por el Reino Unido y Francia, aunque insinuó que Estados Unidos sigue siendo contrario a armar a los insurgentes sirios que quieren derrocar a Al Assad. Un día después de mantener conversaciones con su par estadounidense, John Kerry, el canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo ayer en París que la decisión de la UE es “ilegítima” y agregó que el suministro de armas a entidades no gubernamentales “va en contra de todas las normas de la ley internacional”.
En Moscú, el vicecanciller Serguei Ryabkov declaró a periodistas que el levantamiento del embargo europeo daña las perspectivas de organizar la conferencia en Ginebra, prevista para junio, pero que aún no tiene fecha. El viceministro ratificó además planes de Rusia de vender al gobierno sirio misiles antiaéreos S-300, que pueden usarse contra aviones o para derribar otros misiles, pese a la oposición de Israel –que teme que las armas terminen en manos de grupos hostiles, como Hezbolá–, Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Ryabkov dijo entender las preocupaciones de otras naciones sobre suministrar armas así a Siria, pero agregó que Rusia cree que los misiles “son en gran medida un factor de contención para impedir que algunas cabezas alocadas den a este conflicto un carácter internacional con participación de fuerzas externas”. En una de las pocas ocasiones en que Rusia habla públicamente del tema, Ryabkov dijo que el contrato de venta de los misiles a Siria se firmó hace varios años.
Israel reaccionó inmediatamente. “Sabremos qué hacer si Rusia entrega sistemas de defensa antiaérea S-300 a Siria”, advirtió el martes el ministro israelí de Defensa, Moshé Yaalon. “Las entregas no se han producido y espero que no se produzcan. Pero si, por desgracia, los S-300, llegan a Siria, sabremos qué hacer”, afirmó Yaalon. Israel lanzó a comienzos de mayo dos ataques aéreos contra objetivos militares cerca de Damasco, afirmando que quería impedir una transferencia de armas a Hezbolá, movimiento chiíta libanés cercano a Siria, y enemigo acérrimo de Israel.
Reino Unido y Francia dijeron el lunes que esperan que la decisión de la UE –que deja en suspenso la posibilidad de armar a la insurgencia hasta agosto– sirva para presionar al gobierno y a la oposición siria para sentarse a la mesa de negociaciones en Ginebra. En respuesta a las críticas de Rusia, la Cancillería británica reiteró que no tiene planes inmediatos de suministrar armas a los rebeldes y expresó su “fuerte desa-probación” al “reconocimiento” de Rusia de que apoya militarmente a Damasco.
Con ánimo pacifista, Alemania dijo que no dará armas a la insurgencia siria y que no está al tanto de que ningún otro país de la UE quiera hacerlo en un futuro cercano. Por su parte, la ONG internacional Oxfam condenó la decisión de la UE y expresó temor a una carrera armamentística en Siria. “Lo que se necesitaba era una postura inequívoca de que la UE hará todo lo posible para detener el derramamiento de sangre y evitar una mortal carrera de armas en Siria”, subrayó la responsable de “Armas bajo control” de Oxfam, Anna Macdonald.
En Damasco, en tanto, el gobierno de Al Assad dijo que la decisión de la UE es contraria a la búsqueda de una solución política a la crisis y muestra la “hipocresía” del Reino Unido y Francia, según un comunicado de la Cancillería difundido por la agencia de noticias oficial siria SANA. “La resolución de la UE deja al descubierto la falsedad de sus alegaciones y obstaculiza los esfuerzos internacionales para lograr una solución política a la crisis en Siria mediante el diálogo nacional entre los sirios”, señaló la nota.
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