EL MUNDO › LA PRIMERA JORNADA DEL G-8 ESTUVO DOMINADA POR EL CONFLICTO SIRIO
La Unión Europea y Estados Unidos dieron comienzo a las negociaciones para crear la mayor área de libre comercio del mundo. Washington y Moscú mostraron sus diferencias de posturas frente al régimen de Al Assad.
La cumbre de los líderes del G-8 comenzó ayer en Lough Erne, en Irlanda del Norte, bajo la presidencia del primer ministro británico, David Cameron, y con la asistencia de los ocho países más ricos del mundo. Al encuentro, de dos días, asisten también el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el responsable de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que poco antes anunciaron, junto a Obama y a Cameron, el inicio en julio de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE). La reunión estuvo dominada por el conflicto con Siria y con las negociaciones para crear un área de libre comercio en el mundo.
La UE y Estados Unidos dieron comienzo a las negociaciones para crear la mayor área de libre comercio del mundo, poco antes de que comenzara la cumbre. Las primeras rondas de negociación podrían comenzar en julio en Washington, confirmaron ambas partes. La zona de libre comercio, que de tener éxito será la mayor del mundo, englobará a 800 millones de personas. La eliminación de las tasas aduaneras y las barreras comerciales intentará impulsar el crecimiento y crear puestos de trabajo, señaló el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
“Crearemos nuevos puestos de trabajo y más crecimiento en ambas partes del Atlántico”, apuntó también el presidente estadounidense, Barack Obama. “Cada año comercializamos alrededor de un billón de dólares en productos y servicios”, subrayó. “Se trata de un premio que sólo se da una vez en una generación, hoy nosotros vamos a conseguirlo”, añadió por su parte el premier británico David Cameron.
Aunque el comercio, la transparencia y la evasión fiscal también son temas que debatirá el G-8, la crisis en Siria marcó la agenda. Tras la afirmación de Washington del uso de armas químicas, anuncio que ya habían hecho Francia y Reino Unido, Obama dijo que está dispuesto a suministrar armas a los rebeldes que luchan por derrocar a Al Assad, mientras que el premier británico no se pronunció al respecto. Los dirigentes del G-8, luego de varias reuniones bilaterales, entre ellas una entre Obama y Putin, se volvieron a reunir por la noche, una oportunidad para debatir acerca del conflicto sirio y sus fuertes divergencias al respecto.
La cena de trabajo de los ocho líderes estuvo centrada en política exterior y estuvo caracterizada por las fuertes divergencias sobre qué hacer frente a la guerra en Damasco. Aunque Putin y Cameron señalaron el domingo que buscarían un acercamiento en Lough Erne, las posturas del G-8 son muy divergentes, pues están en desacuerdo sobre la necesidad de armar a los rebeldes que luchan contra el régimen de Bashar al Assad, algo a lo que el presidente ruso se opone frontalmente.
En la reunión más esperada de la cumbre de Irlanda del Norte, Obama reconoció que él y Putin tienen “perspectivas divergentes” sobre cómo lidiar con el conflicto en Siria, pero que ambos están preocupados por los combates y que ambos desean garantizar que no se usen armas químicas en el conflicto. El mandatario estadounidense agregó que ambas partes seguirán con sus esfuerzos para convocar a conversaciones de paz en Ginebra. “Sí, tenemos perspectivas diferentes sobre el problema, pero compartimos un interés en reducir la violencia, poner a resguardo las armas químicas y garantizar que ni se las use ni sean objeto de proliferación”, señaló Obama junto a Putin y ante periodistas.
“Por supuesto que nuestras opiniones no coinciden, pero todos nosotros tenemos la intención de detener la violencia en Siria y detener el aumento de víctimas y solucionar la situación pacíficamente”, dijo el mandatario ruso. En rueda de prensa, el presidente del Consejo Europeo dijo que la situación en Siria se encuentra “en un momento crítico, después de miles de muertes, millones de desplazados y de refugiados”, y la “crisis que amenaza a toda la región”, pero una respuesta militar “no es la solución”, agregó. Por su parte, Alemania, Italia y Francia apoyan la reciente decisión adoptada por la UE de levantar el embargo de armas a Siria y permitir a los socios del bloque actuar de modo autónomo frente al conflicto.
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