EL MUNDO › LA RESISTIBLE ASCENSION DEL PRESBITERO GUSTAVO ZANCHETTA
Escándalo en Quilmes por la elevación episcopal del presbítero Gustavo Zanchetta, quien fue designado obispo de Orán. Para sus ex compañeros en la diócesis de Quilmes, se trata de un pastor con olor a lobo.
› Por Horacio Verbitsky
Mientras el papa Francisco estaba en vuelo hacia Brasil, el servicio de prensa del Vaticano informó que Bergoglio había designado al reverendo Gustavo Oscar Zanchetta como obispo de Orán, Salta, una diócesis con 360.000 habitantes, de los cuales la Iglesia considera católicos a 285.000; 35 sacerdotes; 80 religiosos y tres diáconos permanentes. El jueves, desde la catedral de Río de Janeiro, en un discurso político ante miles de jóvenes argentinos, los instó a que hicieran lío en las diócesis, que sacaran la Iglesia a la calle. El nombramiento de su amigo Zanchetta puede provocar el primero de esos líos.
Rosarino, licenciado en Teología Fundamental, es el prototipo del carrerista que Bergoglio cuestiona en sus discursos. Ordenado sacerdote en 1991, fue secretario de la Comisión para los ministerios y subsecretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal Argentina, un altísimo cargo al que no se llega sin amistades. “Este no es un pastor con olor a oveja sino a lobo”, dijo un feligrés que lo conoció en la diócesis de Quilmes, donde el obispo Luis Teodorico Stöckler lo designó encargado diocesano de asuntos económicos y el obispo Carlos José Tissera le pidió la renuncia un año después, con acuerdo casi suplicante de los curas del Consejo pastoral.
Lo que sigue es una reconstrucción de su historia, con aportes de sacerdotes y laicos de la diócesis, que pidieron reserva de sus nombres por temor a represalias. Gustavo Zanchetta no tiene parentesco con Alberto Angel Zanchetta, el ex capellán de la ESMA que justificaba los vuelos de la muerte con parábolas bíblicas. Tiene 49 años, fue capuchino y luego pasó a la diócesis de Quilmes. En más de veinte años no hizo allí ni un solo amigo. “Literalmente, ni uno”, insiste un sacerdote. Se graduó en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y al regresar se acercó a dos obispos: Carlos María Franzini (quien antes de ordenarse militó en la Juventud Trabajadora Peronista que respondía a Montoneros, hasta que su cercanía con Alcides Jorge Pedro Casaretto, quien lo ordenó en San Isidro en 1977, lo purificó de ese pecado juvenil) y Jorge Mario Bergoglio. “Es el exponente paradigmático del trepador. No hay nadie que discuta que su ambición fundamental era ser obispo”, agrega un laico quilmeño. Según otros testimonios tuvo comportamientos autoritarios en sus parroquias San Francisco de Asís y Nuestra Señora del Puente, como profesor en el Seminario y en el Profesorado de Ciencias Sagradas. Hay cosas peores: Zanchetta despidió de sus cargos en un colegio de la diócesis a dos ex alumnos porque eran pareja. Fue acusado de homofóbico y el obispo Tissera lo intimó a reincorporarlos. “Si no confía en mí, renuncio”, le dijo. “Bien, acepto”, respondió el obispo, a fines de 2012. Desde entonces Zanchetta no volvió a asistir a los encuentros diocesanos. Ante la consulta de la Nunciatura sobre su promoción episcopal, las respuestas fueron demoledoras en contra, lo cual no disuadió a Bergoglio.
Para la preparación de esta nota fue posible acceder a un grupo de correo electrónico del que participan sacerdotes y laicos de Quilmes, quienes se declaran indignados, sorprendidos, paralizados o furiosos por la designación. Estas son algunas de las opiniones textuales:
- “¿No era que el obispo debía oler a oveja?”
- “Por lo visto seguimos en la misma línea que con los dos papas anteriores.”
- “En realidad no debería asombrarme ni sorprenderme. ¡Zanchetta Obispo! Hizo carrera. Que Dios me perdone, pobre pueblo de Orán, después de Marcelo Colombo, este hombre. No me puedo recuperar.”
- “Si, es verdad no hay olor a oveja. Más bien parece que alguien se tiró un pedo.”
- “Por favor, decime que lo del nombramiento de Zanchetta como obispo es una broma. El tipo es un hijo de puta y un degenerado, lamentablemente no puedo denunciarlo, no sabes las ganas que me dan!”
- “Su nombramiento muestra que hay cosas que no cambian tan fácilmente.”
- “Estoy caliente por la ordenación de Zanchetta, me confirma esta actitud del papa Francisco que se caga en el pueblo de Dios. Capaz estoy equivocado en mi percepción, pero por el sentir de algunos más cercanos, Gustavo no debía ordenarse si se tiene en cuenta la consulta que se hizo a los presbíteros de la diócesis. Hay un silencio que grita algo oculto. ¿Habrá que hacer pública la indignación?, ¿es real esta percepción de una desazón que nos deja mudos? O ¿es sólo un mambo mío?”
- “En este procedimiento veo al papa en su ideología más genuina, Gustavo es uno de sus fieles clérigos adeptos, y le importa tres carajos su postura en un presbiterio y cómo manejo el poder en relación con la gente. Ojalá que la voz de muchos se haga oír.”
- “Estoy todavía bajo el impacto de la designación de Zanchetta. Esto también es Francisco.”
- “¿Esperabas otra cosa de la institución?”
Zanchetta fue encargado de todos los colegios de la diócesis. En uno de ellos, en Florencio Varela, se produjo un ofrecimiento de empleo a cambio de algún servicio, que hasta ahora ha dado lugar a rumores pero podría derivar en una denuncia.
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