Desde Washington

Un Congreso de Estados Unidos amargamente fracturado estaba trabajando anoche sobre dos propuestas para resolver la crisis fiscal que sufre Washington con los mercados perdiendo fuerza y la Casa Blanca rechazando por lo menos uno de los paquetes como inaceptable. Después de un brillo en el cielo sobre el Capitolio el lunes, cuando el senador Harry Reid, el líder de la mayoría del Senado y su contraparte de la minoría, el senador Mitch McConnell, estuvieron muy cerca de un acuerdo para reabrir el gobierno y subir el techo de la deuda aunque sólo sea por unas semanas, las negociaciones parecieron atascarse nuevamente.

Las últimas dificultades surgieron ayer después de una reunión de desayuno de los republicanos conducida por John Boehner que culminó con su determinación de que el paquete que venía del Senado no cumplía con sus mínimas demandas. El plan que se presentó como alternativo contempla una financiación temporal del gobierno federal hasta el 15 de diciembre y la elevación del techo de la deuda hasta el 7 de febrero de 2014. El texto elimina la capacidad del Departamento del Tesoro de utilizar “medidas extraordinarias” para ampliar el límite de la deuda e impide que el personal del Congreso y la administración reciban subsidios del gobierno para el seguro de salud.

Los demócratas reaccionaron rápidamente, diciendo que el país estaba siendo rehén por una pelea familiar dentro del caucus republicano. El ánimo en Washington se estaba acalorando, con todas las partes mirando el reloj que se acerca al tiempo límite de mañana, cuando la principal potencia económica entraría en suspensión de pagos.

En la segunda quincena del mes el Tesoro debe pagar, con insuficientes fondos a mano, no sólo a los beneficiarios como los pensionados en seguridad social, a los veteranos y a los soldados en servicio, sino también a titulares de la deuda estadounidense. La Casa Blanca dijo que había invitado a los líderes demócratas de la Cámara a una reunión por la tarde con el presidente Obama, aunque no se especificó el propósito de la misma.

El plan Boehner, como el de sus colegas en el Senado, plantea la financiación al gobierno hasta comienzos de enero del año que viene y levantar el techo de la deuda hasta febrero. Mientras, los principales negociadores del Congreso intentarían elaborar normas más amplias para el presupuesto federal y para controlar el déficit. Sin embargo, añade algunos puntos más para calmar a la derecha de su partido. Esos cambios incluyen una demora de dos años de un impuesto a los dispositivos médicos tales como caderas de reemplazos y marcapasos, que son una gran parte del fondo de financiamiento para que funcione el Obamacare, y también requiere que los miembros del Congreso, el gabinete, el presidente y el vicepresidente se compren su propia cobertura a través del nuevo sistema de cuidado de salud.

La Casa Blanca rechazó la propuesta de la Cámara. “El presidente dijo repetidamente que los miembros del Congreso deben cumplir con sus responsabilidades básicas de aprobar un presupuesto y pagar las cuentas de la nación”, dijo Amy Brundage, la vocera de la Casa Blanca. “Demócratas y republicanos del Senado han estado trabajando en un esfuerzo bipartidista, de buena fe. Con apenas dos días hasta que Estados Unidos agote su capacidad de endeudamiento, es hora de que la Cámara (de Representantes) haga lo mismo. La última propuesta de los republicanos precisamente resultó en un intento partidario de calmar al pequeño grupo del Tea Party que provocó el cierre del gobierno”.

Michael Steel, vocero del presidente de la Cámara baja, Boehner, anunció ayer a la tarde que someterían a votación anoche el nuevo proyecto de los republicanos para reabrir la administración, paralizada desde el pasado 1º de octubre por falta de un acuerdo presupuestario, y evitar la suspensión de pagos. “Después de escuchar a los miembros del grupo esta mañana (por ayer), los líderes republicanos de la Cámara someterán a voto un plan que limitará los subsidios del Obamacare para los funcionarios electos y el personal en Washington DC y presionará a los demócratas del Senado para aceptar fechas más razonables para la extensión de la financiación temporal y del límite de la deuda”, añadió Steel.

No obstante, a última hora el jefe de la mayoría republicana, Kevin McCarthy, opositor de California, dijo al salir del Senado: “Hemos terminado por esta noche”, según informó Jackie Kucinich del Washington Post, quedando así suspendido el voto sin más explicación.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.