Miércoles, 30 de octubre de 2013 | Hoy
EL MUNDO › OPINIóN
Por Oscar Laborde *
La Coordinadora Democrática del Paraguay, que agrupa a movimientos sociales, sindicales, campesinos, estudiantiles, partidos políticos progresistas, entre otros, se movilizó contra las privatizaciones, en particular ante la ley llamada Alianza Público-Privada.
Esta herramienta legal impulsada por el actual presidente, Horacio Cartes (foto), habilita la participación del capital extranjero en obras de infraestructura y servicios, dejando de lado el control del Poder Legislativo y pone al Estado en función de los intereses de los grandes empresarios. Con ella es posible la intervención externa en la participación que el Estado tiene en las represas hidroeléctricas hasta la privatización del sistema de salud.
La jornada del lunes se ha caracterizado por la ocupación de plazas, los cortes de ruta, los cierres de calles en las principales ciudades y de puentes en lugares estratégicos del país. Esta movilización puede constituir un momento histórico y una curva de inflexión en la organización del movimiento popular; no sólo porque después de muchos años se lanzó una protesta nacional, sino porque ésta atraviesa diversos sectores de la población y fundamentalmente aquellos que están sindicalizados.
No es un simple rechazo a una ley que finalmente fue aprobada; se está enfrentando al modelo neoliberal que se busca consolidar en el país, en una alianza que involucra también a las fuerzas armadas y a los Estados Unidos. El alcance de esta iniciativa del presidente, como también la de militarización, implica modificar el escenario político y poner en juego a sectores económicos y sociales que hasta ahora estaban muy dependientes de la estructura del Partido Colorado, pero también deja descarnadamente al descubierto el rol de Parlamento y de quienes las han apoyado y sostenido.
Significa, además, el intento de clavar una cuña en el proceso de integración regional que viene atravesando Sudamérica, generando potenciales conflictos con los países limítrofes: detrás de supuestos enemigos internos, se militarizan fronteras y se agitan hipótesis de enfrentamientos. Lo que sucede por estos días en Paraguay afecta a toda la región y, desde esa perspectiva, hay que valorarlo y actuar en consecuencia. Los medios de comunicación comunitarios han informado de la enorme cantidad de hechos, donde la ciudadanía expresó de distintas maneras su oposición al proyecto, de las detenciones, la intervención de la policía desalojando manifestantes o impidiendo las concentraciones. En las ciudades y en las zonas rurales la geografía de la protesta tuvo similares características.
Como parte de esa organización, se elaboró un petitorio que lleva 70.000 firmas que como iniciativa popular solicita la realización de un plebiscito para definir temas que involucran directamente a las riquezas del país. Como expresan algunos carteles y pancartas, “Paraguay no se vende. Paraguay se defiende”.
* Presidente de Estudios del Sur y Dirigente del Frente Transversal.
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