Seis policías confesaron haber disparado en una favela de Río de Janeiro, donde fue asesinado un bailarín. Los agentes de la Policía Militar de Río reconocieron que abrieron fuego con sus armas reglamentarias en la noche del lunes pasado en la favela Pavao Pavaocinho, cerca de la playa Copacabana, informó el comisario que investiga el caso. El hecho causó el cuestionamiento al accionar de las fuerzas de seguridad en esa ciudad que en julio próximo será sede de la final del Mundial.

Douglas Rafael da Silva Pereira, de 26 años, bailarín de un popular programa de la TV Globo, fue hallado la semana pasada sin vida, con un balazo en la espalda, tras lo cual se produjo una revuelta entre los vecinos de esa favela.

El comisario Gilberto Ribeiro informó que seis de los nueve policías interrogados reconocieron que emplearon sus armas en un tiroteo contra narcotraficantes, pero ninguno de ellos admitió haberlo hecho contra el bailarín. El secretario de Seguridad de Río, Mariano Beltrame, dijo que el caso será investigado a fondo, pero descartó que haya una crisis en las Unidades de la Policía Pacificadora (UPP) establecidas en las favelas para combatir al narcotráfico y garantizar la seguridad durante el Mundial.

Inicialmente la policía deslindó toda responsabilidad por la muerte de Da Silva Pereira, cuyo cuerpo fue encontrado el martes pasado dentro de una guardería en el morro Cantagalo, donde había ido a visitar a su hija. Los uniformados quisieron hacer creer el relato de que el joven se había golpeado al caer de lo alto de un muro; sin embargo, una foto publicada por un diario carioca mostró su cuerpo ensangrentado con un orificio de bala.

Por otro lado, Ramires Roberto da Silva, de 20 años, uno de los sospechosos de haber matado a dos policías durante varios ataques armados contra miembros de las UPP, en las favelas de esa ciudad, en febrero y en marzo, fue arrestado ayer, según anunció la policía. Las circunstancias de su detención no fueron precisadas, pero Da Silva habría ofrecido 100.000 reales (unos 45.000 dólares) a los policías que lo arrestaron para que lo dejaran en libertad, informó la cadena de radio brasileña CBN. El joven estaba prófugo de la Justicia y se ofrecía una recompensa de 3000 reales (unos 1300 dólares) a quien pudiera dar informaciones sobre su paradero. Para ello se podía utilizar el “Disque Denuncia”, un número de teléfono puesto a disposición de la población para denunciar de forma anónima a los criminales buscados.

El gobierno de Río de Janeiro lanzó desde 2008 un campaña para aumentar la seguridad con la vista puesta en la Copa del Mundo de fútbol (que se celebrará entre el 12 de junio y el 13 de julio próximos, y de los Juegos Olímpicos de 2016. Sin embargo, en las últimas semanas se acusó un aumento de las acciones del crimen organizado. Actualmente, 39 UPP, que agrupan a más de 9000 policías, vigilan 253 favelas donde viven más de 1,5 millón de personas, según las autoridades brasileñas.