Sus ropas habían sido reemplazadas por uniformes: ajados velos grises y negros. Una de las chicas se adelantó en medio del canto del Corán para afirmar que ella y sus compañeras de clase estaban ilesas. Pero sus ojos y la voz temblorosa contaban una historia de miedo y coacción. Casi un mes después de ser secuestradas de su escuela en el norte de Nigeria, apareció ayer la primera evidencia de la suerte de las 130 chicas secuestradas de Chibok, después de que la organización islamista Boko Haram lanzó un video, alegando que las adolescentes se habían convertido al Islam.

En una película de 27 minutos que combina imágenes de las niñas en edad escolar con material de archivo, el líder del grupo terrorista islamista ofreció liberar a algunas de las chicas a cambio de la puesta en libertad de milicianos en poder de las autoridades nigerianas. El video fue una aparente visión de lo que ha ocurrido con las niñas, ya que 276 de ellas fueron capturadas en la oscuridad el 14 de abril de la escuela en la que estaban dando exámenes. Tanto la ubicación como la fecha de las imágenes eran desconocidas.

En lo que fue también la primera señal de que sus captores podrían estar dispuestos a negociar mientras las fuerzas nigerianas –con el apoyo de expertos de los Estados occidentales– recorren una amplia zona en busca de las niñas, el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, sugirió que podían ser canjeadas por las decenas de militantes islamistas encarcelados en prisiones de Nigeria. La proposición fue rechazada inicialmente de plano por el gobierno del presidente Goodluck Jonathan, muy criticado localmente por su respuesta tardía al secuestro masivo y una amenaza anterior de Shekau de vender las niñas como esclavas sexuales.

Abba Moro, el ministro del Interior nigeriano, le dijo a la agencia France Presse que las autoridades no estaban preparadas para el canje de niñas en edad escolar. Moro dijo: “El tema en cuestión no es que Boko Haram imponga condiciones”. Esa postura fue respaldada por el padre de una de las chicas en cautiverio, que dijo: “No está bien. Lo harán de nuevo”. Pero anoche el gobierno pareció cambiar y dejar abierta la opción de la negociación, diciendo que estaba revisando “todas las opciones”.

Reunidas bajo un árbol, montones de chicas se veían en el video. En el fondo, dos de ellas sostenían una pancarta negra con el lema de Boko Haram, cuyo título se traduce como “la educación occidental es pecado”. Mientras la cámara paneaba por todo el grupo, se hizo pasar adelante a tres de las niñas, que provienen de una comunidad de mayoría cristiana. Dos dijeron que eran cristianas y que se habían convertido al Islam, mientras que la otra dijo que era musulmana y que el grupo salió ileso. Las adolescentes parecían intimidadas y temerosas, muchas mirando el suelo. Su aparición estaba en marcado contraste con cuatro de sus compañeras de clase que escaparon de los secuestradores y fueron filmadas en los últimos días con el atuendo tradicional brillante de su región.

En un momento, la cámara mostró a uno de los captores, vestido con atuendo paramilitar con un arma al hombro mientras sostenía una pequeña cámara filmadora. Las imágenes mostraron un poco más de la mitad de las 223 niñas que aún están desaparecidas, posiblemente agregando credibilidad a los informes de que las secuestradas se han dividido en al menos dos grupos.

Hablando en el idioma local hausa y árabe, Shekau apareció por separado, vestido con uniforme militar y empuñando un fusil AK-47 mientras exponía sus términos, a veces riendo y mirando desafiante a la cámara. Dijo: “Estas chicas de las que ustedes se ocupan, las hemos realmente liberado. Estas chicas se han vuelto musulmanas”.

El líder de Boko Haram agregó: “Aquellas chicas que no aceptaron el Islam serán tratadas como el Profeta trató a infieles, y ellas se quedarán con nosotros. No vamos a dejarlas en libertad mientras tengan detenidos a nuestros hermanos”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.