EL MUNDO › AVANCE ISLAMISTA Y PRESIóN DE EE.UU.
› Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
Estados Unidos les dijo a altos funcionarios iraquíes que el primer ministro, Nouri al Maliki, debe dejar el cargo si va a tratar de intervenir militarmente para detener el avance de los extremistas sunnitas. La comunidad sunnita ve a Maliki como el arquitecto principal de su opresión y los estadounidenses creen que no puede haber reconciliación nacional entre sunnitas y chiítas a menos que el premier deje de ser líder del país.
Maliki está mostrando todos los signos de querer aferrarse al poder a pesar de los desastres de los últimos diez días, durante los cuales su ejército de 350 mil hombres, en el que Irak ha gastado 41 mil millones de dólares desde 2011, se ha desintegrado después de ser atacado por un enemigo mucho menos numeroso. Culpó a Arabia Saudita, a los kurdos y a los generales traidores, pero no ofreció ninguna explicación real ni asumió la responsabilidad de la derrota.
Maliki fue nombrado efectivamente por Estados Unidos en 2006, pero hoy se considera que está bajo la influencia de Irán. El liderazgo iraní está dividido entre la conveniencia de retirar su apoyo a Maliki o no y de ver la dominación chiíta y el poder iraní diluido en Irak. Comandantes iraníes se apoderaron de la dirección central del ejército iraquí, pero los políticos iraquíes no creen que Irán tenga un plan coherente para rescatar de la crisis al gobierno de Bagdad. El presidente de Irán, Hassan Rohani, dijo ayer que “la gran nación iraní no dudará en defender los sagrados santuarios (chiítas)”. Estos están en Samarra, en la línea del frente, Al Kadhimiya, en Bagdad, y Najaf y Kerbala, más al sur.
La forma más eficaz de apoyo militar de Estados Unidos serían ataques aéreos contra el Estado Islámico de Irak y luchadores convocados por los controladores aéreos de avanzada estadounidenses que operan con unidades iraquíes de Levante (EIIL). Los aviones no tripulados serían en gran medida inútiles contra un enemigo escurridizo y con armas ligeras, aunque ataques aéreos estadounidenses de cualquier tipo elevarían la moral de las fuerzas armadas iraquíes y la población chiíta.
Hay una forma constitucional de deshacerse de Maliki cuando el Parlamento iraquí se reúna antes de fin de junio. Se debe elegir un presidente de la cámara y un presidente, quienes luego le pedirán a un miembro del partido mayoritario formar un gobierno. Es poco probable que Maliki sea elegido primer ministro, ya que otros partidos se unen contra él. “Es imposible que sirva un tercer mandato”, dijo un político de Irak que no quiso ser identificado.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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